Fortalezas Marinas Maunsell. Kent (Inglaterra)

Vestigios de la II Guerra Mundial que puedes encontrar en la costa de Kent (Inglaterra). Ahora están abandonados, y para llegar a ellos necesitarás un barco. En los años 60 y 70 eran famosos porque se convirtieron en estaciones de radio pirata, y una construcción cercana muy similar a esta fue autoproclamada nación con el nombre de Principado de Sealand, aunque no hubo ningún otro país que lo reconociera como país soberano.

Géiser Fly Nevada (EE.UU.)

Aunque esto podría parecer una maravilla natural, técnicamente no lo es. Esta especie de géiser de agua hecho por el hombre fue creado cuando dejaron un pozo de petróleo mal cerrado, dejando restos minerales por el suelo, hasta que se construyó el géiser que se ve en la imagen. Es pequeño (sobre los 1,5 m. de altura) pero aún sigue creciendo. ¿Y esos colores tan curiosos? Provocados por las algas termófilas del agua.

Cueva de la Flauta de Caña. Guanxi (China)

La Cueva de la Flauta de Caña es esta maravilla natural subterránea enterrada muy en lo profundo del sureste de China. El nombre no proviene de las estalactitas, sino de las cañas de fuera de la cueva, que se pueden convertir en flautas. La cueva ha sido un atractivo turístico durante un buen número de años (las inscripciones de dentro datan de hace más de 1.000 años) En cuanto a esa luz increíble… lo sentimos, es artificial.

Lago del Cráter. Monte Katmai (Alaska)

Situado sobre los 2.047 m. del Monte Katmai en Alaska, no estamos ante un pico, sino un agujero. Relleno de agua, se le llama cariñosamente ‘Lago del Cráter’ (hay alguno más por allí).

¿Qué tiene como único? El borde de la montaña volcánica está a poco más de 2.000 m., pero el lago se encuentra 800 m. por debajo, ideal para hacer maravillas en un buceo de máxima altura. Lo bueno es que se cree que tiene casi 300 m. de profundidad (Advertencia: Intentar sumergirte aquí no es buena idea, a no ser que uses un traje de alas -Wingsuit-).

Naufragio del U.S.S. Kittiwake. Islas Caimán

El USS Kittiwake fue construido en 1945 y sirvió a la Marina Americana durante casi 50 años como buque de rescate submarino. Ahora, el barco es un submarino en sí mismo, situado al fondo del océano como arrecife artificial de las Islas Caimán. Es uno de los mejores restos de naufragios para bucear que existen en el mundo, y atrae a buceadores de todo el mundo. Seguro que querrás pasar mucho tiempo allí abajo (el barco está hundido a 76 m.).

Vila Franca do Campo. Islas Azores (Portugal)

Las Islas Azores de Portugal están formadas por roca volcánica en mitad del Océano Atlántico. Conectada con la leyenda de la Atlántida, las islas son ahora parada de la competición del Red Bull Cliff Diving. Los saltadores brincan desde 28 m. realizando una serie de maniobras antes de salpicar el agua del Atlántico. El islote operó como lagar y base militar antes de que fuera declarado reserva natural.

Cenote de Dzitnup. Península de Yucatán (México)

Un cenote es un sumidero con una piscina de agua dulce en su interior. La Península de Yucatán es famosa por ellos, y el de Dzitnup es uno de los más famosos. En total, se estima que hay como 3.000 en la citada zona mejicana, además de un río subterráneo de 160 km. Puedes echar un ojo a la imagen y te darás cuenta de que, efectivamente, hay estalactitas… ¡y la gente de allí lo usa como piscina pública! Y sí, tú tendrás que comprar un ticket para disfrutar de sus vistas y su agua.

Tesoro de Petra (Jordania)

Seguro que ya habías visto antes imágenes del Tesoro de Petra en Jordania, pero vale la pena mirarlo dos veces. Velas que iluminan la noche frente a las construcciones milenarias de la roca.

Bosque de Piedra de Shilin (China)

Las leyendas sobre el Bosque de Piedra abundan, pero una de las erróneas es que se tratan de árboles petrificados, y realmente son de piedra caliza. Patrimonio mundial, está abierto para que vayas a verlo.

Río Tulija (México)

El Río Tulija, y la zona de ‘Agua Azul’ del suroeste de México son conocidos por las cristalinas aguas azules. Es un paraíso para los amantes de las aguas bravas y los profesionales del kayak como Rafa Ortiz, que reunió a unos cuantos amigos y realizó un viaje que no olvidará nunca.