Hoy me levanté con mucha resaca. Últimamente la cerveza me trata mal, me codea la cabeza y me pellizca el hígado. Me cuesta abrir los ojos y sobre todo recordar qué hice cinco horas antes. Recuerdo que tipo diez de la noche pasé por lo del Bichi a comer una milanga y a tocar un poco la viola, de ahí arrancamos para una de esas fiestas de música latina. Hicimos una apuesta: el primero que se comía a una gorda, en la próxima salida, no pagaba un solo trago. Continuar leyendo