Por: Miguel Rothschild
Salvo las banderas de cada país que son diferentes, atravesar Nicaragua, Honduras y El Salvador es una continuidad de paisajes bastante monótonos.
Ayer salimos de Nicaragua y entramos a Honduras por la frontera de Guasaule. Es una frontera pauperrima, con mucha gente que de manera poco amigable ofrece “ayuda” para los trámites migratorios y aduaneros.
Una vez terminada la “gestión” hay que darles una propina por hacer algo que no requiere ni de ayuda, ni consejo ni de la presencia de terceras personas pegadas a uno mientras en ventanilla se van cumplimentando los requisitos. Los procedimientos de frontera son casi siempre los mismos y lo que varía entre cada una de las mismas es la inevitable “fotocopia”. Ese es el único momento donde se justifica la propina pagada!
Circulamos rápido por Honduras por razones de seguridad y además no vimos nada que nos diera curiosidad por conocer. Así llegamos a El Amatillo, frontera de Honduras con El Salvador, donde rápidamente pasamos por migraciones y aduana.
Las 3 horas de diferencia horaria nos oscureció el día a la 18 pm,así lamentablemente ingresamos a la ciudad capital de noche y sin ninguna referencia mas que la del GPS. Mañana recorreremos la ciudad y ya rumbeamos hacia Ciudad antigua en Guatemala, donde descansaremos un día.
Abrazos!