Hace unos días me encontraba en un shopping de Buenos Aires comprando el regalo de cumpleaños de un gran amigo. Al llegar a la fila para pagar veo dos chicos delante mío contando una y otra vez su dinero y escucho que uno le dice al otro “Qué lástima que no traje mi tarjeta de descuentos, vamos a estar justos con el dinero para comprar estos regalos para nuestros viejos”. Continuar leyendo