Como ya mencioné en otros post, la escucha empática es aquella que nos permite “ir de visita” al mundo del otro, en otras palabras, ponernos en los zapatos del otro, sintiendo lo que el otro siente.
Si tenemos presente que el 55% de lo que escuchamos corresponde al lenguaje corporal, el 38% al tono de voz que se utiliza y solo el 7% a las palabras, es decir, el texto que decimos, llegaremos a la conclusión que escuchar implica algo más que solo sentarte frente a alguien.
Hay diferentes niveles de escucha y ninguno está bien o mal, todo depende de varios factores (tiempo, interlocutor, contexto, etc.). Es decir, no hace falta que escuchemos empáticamente a nuestro vecino cuando subimos al ascensor temprano en la mañana, obviamente estamos más pendientes del día que nos espera o de nuestras ganas de volver a la cama que de las palabras que pueda decirnos. Pero cuando se trata de alguien importante para vos es fundamental que puedas aplicar estos 10 pasos que Stephen Covey propone para procurar comprender al otro empáticamente.