Trufas negras de Perigord, un diamante de la gastronomía

Desde tiempos ancestrales existen en Europa alrededor de 40 especies del género “Tuber”, al que pertenecen las trufas, pero sólo cuatro son las más parecidas en materia gastronómica. Entre ellas se encuentra la trufa negra de Perigord, conocida como el “diamante negro”, un hongo comestible tan fino y exquisito comparable con el foie gras y el caviar. Un producto natural de sofisticación gourmet que llega a cotizarse, en épocas de mayor escasez, hasta u$s3000 el kilo.

Desde siempre fue un elemento preciado para la cocina francesa, española e italiana y desde hace un tiempo cada vez más requerido en otros mercados gastronómicos como USA, Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica.

“Hay dos razas de comedores de trufas: una que cree que son buenas porque son caras, y otra que sabe que son caras porque son buenas”, dijo el poeta francés J.L. Vaudoyer . Lo cierto es que además al “diamante negro” de la gastronomía se le adjudica propiedades alimentarias y medicinales. Se trata de un alimentos muy ligero, con mucha agua y poca grasas e hidratos de carbono. Además contiene cantidades bastante abundantes de minerales, especialmente potasio, fósforo y selenio, y cantidades menores de hierro, calcio, magnesio, manganeso y azufre. Al igual que el resto de las setas, es rica en vitaminas del grupo B, especialmente en riboflavina (vitamina B2) y niacina (vitamina B3).

Puede consumirse tanto cruda como cocida, cortada en láminas, en rodajas o dados. Se usa como condimento y nunca como alimento. Es ideal para acompañar pastas o carnes, para aromatizar y saborizar mantecas y aceites y en la terminación de platos.

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¡Ponete el delantal!

Si sos de seguir blogs gourmet te recomendamos pasar por el de Agustina Martínez Alcorta, un espacio donde rescata las recetas de su abuela “Mamama”, quien le transmitió la pasión por la cocina. Allí también comparte recetas propias y de sus chefs preferidos en orden alfabético y ordenadas por categoría. Además, recomienda restaurantes, cafés, libros y otros blogs: www.poneteeldelantal.com

“Cuando era chica para mí era muy habitual pasar las tardes con mi abuela acompañándola y ayudándola en la cocina. Me transmitió su pasión por la cocina, me pasó sus tips, algunas de sus recetas, su libro de Petrona, que casi no se puede abrir de lo viejito que está, y me enseñó a dar amor desde un rico plato de comida, porque lo más lindo de cocinar es hacerlo para las personas que uno quiere”. Con esas palabras presenta su blog. ¡A recorrerlo!