Meditar

#ColoresDeMilagros

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Ayer me preguntaron que me producía meditar y sin dudarlo conteste: “Meditar me ha dado claridad, me ha hecho conectarme con mi propia voz interior que me dice que hacer y al hacerlo aunque a veces resulte descabellado el resultado siempre es bueno. Meditar me ha centrado y puesto en mi propio eje, me ha dado poder para poder separar que es mío y que es del otro. Me ha hecho entender que todo es lo mismo y que al conectarme con mi interior entiendo mi exterior. Meditar me ha dado prosperidad y apertura a mi propio entendimiento y he podido abrazarme y aceptarme”. Pero me olvide de mencionar una simple palabra: PLACER. De hecho me demuestra mi constancia y mi capacidad de hacer cosas impensadas: he meditado en un barco en movimiento en el medio del océano tratando de recrear una canción con solo 30 días en mi cabeza pero no queriendo desistir a mi cuarentena, convencí a un colectivero en Mendoza que pusiera el CD y se quedo en marcha de guardián de meditación porque sino no andaba la música y al terminar me dice: “esa música te hace pensar”, he meditado en momentos y en lugares inesperados y he logrado cuarentenas de horas y en sanscrito inimaginados, pero tal vez lo que mas me divierte es contar como llegue a ello. En el 2011 me fui por primera vez a la Asia tradicional -dado que ya conocía Japón y Corea, pero realmente tienen otra esencia y otra energía)–, por un mes convencida de que iba a entrar a un ashram o terminar en India (lugar que hace años que deseo llegar pero como estoy convencida de que cada lugar tiene su exacto momento no fuerzo las energías para hacerlo. El que me conoce un poco sabe que salgo de viaje sin plan, ni agenda, y a veces ni datos del país al cual voy y que muchas veces termino en lugares impensados y por eso dejo que las cosas fluyan a su manera convencida de que todo es por algo). Finalmente el viaje termino siendo de cuatro meses, pero al haberme robado todo mi dinero, la idea de entrar a un ashram se desvaneció, de hecho había mandando un mail a uno en Chang Mai, Tailandia, y ni bien me robaron todo pensé que tal vez tendría que internarme en uno entonces escribí contando lo sucedido y que podía pagar en especies, o sea trabajando o haciendo trueque pero el mail fue contundente: te esperamos la próxima vez que puedas pagar el curso. Me pareció tan graciosa la respuesta que entendí que ese lugar no era para mi. Pero justamente en Pai, luego de una serie de acontecimientos en los que me encontraba con una gran desolación: llegue y el pueblito estaba la mitad inundado por que el río se había desbordado y no se podía cruzar al otro lado, llovía sin parar, me prestaron una moto para recorrer y a mitad de camino se quedo sin gasolina y no podía encontrar una gasolinera en donde estaba así que tuve que volver con el miedo de que tuviera tan mala suerte y me resbalara en el camino, cuando quise sacar plata del cajero (mi única posibilidad de subsistir después del robo) no podía hacerlo, porque el banco argentino no tenia correspondencia con los cajeros que había, y un sin fin de situaciones que eran tan graciosas como trágicas viéndolas desde la distancia. Llore pero al mismo tiempo pintaba y los colores no podían ser tan preciosos y tan luminosos que encontraba esperanza en mis propios trazos. Una mujer que me ayuda de vez en cuando, una vez me dijo: cuando te quedas sin dinero o estas preocupada en el, gástalo, que vas a ver que vuelve. Así que sin dudarlo y agotada de pensar en que recién empezaba mi aventura sin dinero y me restaban casi dos meses en lugares completamente inesperados y muy lejos de casa, me senté en un lindo bar a tomar un milkshake de frutos de la pasión, estaba disfrutando de mi bebida y una mujer de amplia sonrisa se sentó al lado, con una paz que exhalaba a su alrededor y que de pronto se me puso a conversar, termino en mi mesa y en pocos segundos le conté de mi desgracia, mi corazón se abrió de par en par. Ella me dijo que tenia el libro para mi, justo lo había vendido en la librería de enfrente del bar para comprar otro que seguramente estaba. Se llamaba ILLUMINATIONS FOR IDIOTS, sin dudarlo y sin importarme el valor que costaba (la reventa era cara para mi presupuesto del día de ese momento) lo compre. Pensé que era una señal ese encuentro y que en el momento que me encontraba necesitaba creer, no pensar más. Lo compre y seguimos caminando con esta mujer americana de casi mi misma edad, me llevo de paseo por el mismo pueblo pero esta vez lo vi mágico, la inundación se había empezado a desvanecer y la charla me había dado mimo al alma para poder abrir los ojos de nuevo y volver a ver las cosas desde otro lugar. No desde mi tristeza y desaliento sino desde mi esperanza y mi neutralidad. Terminamos cenando y hablando del amor, de sus historias de amor, esta vez tenia un poco de poder para devolverle lo que me había dado, sin creérmela mi corazón tiene una apertura para entender y sanar que le hice ver para que pudiera cerrar un capitulo que no quería hacerlo. Me invito la cena y me acompaño a tomar la combi que me llevaría en un barco navegando por tres días hasta llegar a Laos. No necesitamos decir mucho mas, me dio su tarjeta y decía: Healer, era sanadora y tenía un montón de palabras espirituales alrededor de ella. La señal que necesitaba me había llegado, estaba protegida y tenia que seguir en ese viaje. Viaje que nunca olvidare y que me dio mas herramientas para descubrirme y conocer mi espíritu, mi fuerza, mi fortalecía sobretodo mi perseverancia. Solo al aceptar el viaje en condiciones no previstas ni imaginadas, después del robo de todo mi dinero, me di cuenta que había estado en el mejor ashram que había podido estar, me había bancado la aventura, de vivir, de dejarme llevar, de tomar decisiones constantes, de crear caminos en mi propia mente para que se conectaran con mi corazón, que yo era la actriz de mi propia realidad y tenia el poder de mejorarlo y no me iba a convertir en la victima de mis circunstancias. El libro que me recomendó-me lo devore en pocos días- hablaba de una mujer que iba a India a averiguar como llegar a la iluminación y probaba todas las yogas posibles hasta que encontraba la suya. Habla de un camino que la conduce hacia si mismo. Volví a buenos aires y el día de mi cumpleaños llego la hermana de una amiga a visitarme y contarme que había empezado Yoga Kundalini y que tenia que probar, sin dudarlo pensé que bueno empezar mi nuevo año haciendo algo nuevo. Probé y ya nunca más pude dejarla. No desistan en buscar cosas que les hagan bien, hay que probar las veces que sean necesarias para encontrar lo que nos gusta y nunca es tarde para empezar, aunque este terminando el año, uno puede seguir haciendo cosas buenas para uno!! A veces solo hay que volver a casa para encontrar lo que uno sale al buscar viajando y si uno se abre al universo y se conecta con su interior encuentra todas las respuestas para seguir navegando en el existir de la vida cotidiana.

Musica para el alma: http://www.youtube.com/watch?v=VbCBJ05gdwc&list=RD02xfJKKxnSJvQ

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