Por: Marcelo Sola
En una entrevista de trabajo, por ejemplo, hay posiciones que le cuerpo adopta, por temor, por ansiedad, por interés, y muchos otros factores que están en medio, y que junto a las emociones pueden jugar un papel negativo a la hora de comunicarnos.
El querer parecer normal, seguro, confiado, y aparentar estar tranquilo, pueden jugar muchas veces en contra, por el pensamiento interno que se refleja corporalmente.
Gestos abiertos o cerrados, piernas juntas o separadas, pies juntos, cruzados, inquietos, pueden jugar un papel importantísimo.
En las entrevistas laborales, si la persona no esta cómoda, relajada y está nerviosa e incómoda, el cuerpo lo delata, con movimientos incongruentes en tiempo y forma, en expresiones excesivas, en dialogo interno que se refleja, en las manos, en la cara, en los ojos, en la mirada, en la respuesta que brinda la piel, en el sudor de la frente, y en la transpiración de las manos.
Mayormente el cuerpo bajo presión social, comercial, sin que nos demos cuenta realiza bloqueos o cierres, muchas veces innecesarios, pero, que esos bloqueos hacen que la otra persona, pueda llegar a desconfiar o a romper el rapport creado en dicha entrevista.
Cuanto más relajado este el cuerpo más relajado estaremos frente a una presión externa.