¡Bienvenidos!

#CosasDeAnimales

Antes de contarte de qué tratará este espacio, agradezco tu presencia en él y te propongo conocer mucho acerca de los animales no humanos. Todo lo que pasa en este mundo son cosas de animales, puesto que la raza humana forma parte de ellos.

No hablaré solo de perros y gatos, sino que abarcaré a la especie toda. Me interesa contarte qué pasa con los que no tienen nombres ni son vestidos con ropas. Quiero que sepas sobre la sensibilidad que todos ellos tienen, al igual que tu perrito o gatito.

Como bien habrás leído en mi biografía, soy vegana y crecí como vegetariana en una familia omnívora, pero más carnívora. Te lo explico: a los 8 años entendí que aquello que mi mamá ponía en el plato para obligarme a comer –sí, obligarme, porque mi naturaleza me lo impedía– ¡no eran más que animalitos que habían tenido vida, que habían sentido, que habían mirado quizás a los ojos a la persona que luego los mató!

Fue un antes y un después… Ya pasaron 27 años de ese día, que si bien no sé con exactitud cuándo fue, sí recuerdo momentos cuando se iniciaba mi vida animalista: cumpleaños de amigos donde me dedicaba a separar de los sándwiches de miga el jamón del queso, las milanesas de soja y hojitas de lechuga eran mi compañías –¡de ahí mis apodos!–. En fin: crecer sin alimentarse de animales en este bellísimo país no es fácil, sobre todo porque la gente siempre lo quiere complicar. ¡Imaginate las “complicaciones” cuando de la alimentación se fueron los lácteos y los huevos!

Un día entendí que el solo hecho de no comerlos no era suficiente, entendí que había que hacer algo por ellos –activismo–, porque hay un mundo enemigo de los animales. ¡Sí, enemigo! ¡No exagero! Resumo: animales extintos; en peligro de extinción; pieles, sedas y cueros en las ropas; cremas, perfumes, maquillajes testeados en ellos; juegos o pasatiempos –caza, pesca–; tradiciones culturales –jineteadas, domas, corridas de toros, peleas de gallos o dogos–; un largo etcétera y la que más adeptos tiene: animales utilizados para consumo humano.

Sobre eso quiero hablarte, contarte e informarte, porque quizás las cosas no sean como nos las cuentan.
Además te propongo conocer detalles necesarios para mejorar la calidad de vida de los animales que viven con nosotros y a quienes mal llamamos “mascotas”. ¡Si no son menos que nuestros compañeros de vida, ¿por qué dejarlos en la imagen de una mascota?!

Me despido con un ¡Gracias!, y aviso: este blog no es apto para corazones duros.
¡Hasta la próxima!