Para vivir en una República

#DerechoPolítico

El pasado 8 de noviembre, la gente en la calle reclamaba por la independencia de los poderes, por más justicia, seguridad, un no a la reforma constitucional y por la defensa de las libertades básicas, entre otras consignas. Todas ellas pueden ser resumida en una palabra muy utilizada en el lenguaje político denominada “calidad institucional”. De tal forma no podemos bajo ningún aspecto guiarnos por un reduccionismo simplista del reclamo de la gente, no importa si fueron muchos o pocos, lo importante es que en cada una de esas voces, reclamaban “calidad institucional“.

En este sentido, tal reclamo tiene mucha significación por cuanto lo que se busca es el respeto a la división de poderes, la alternancia en el poder, una mayor y verdadera responsabilidad de los funcionarios, la publicidad de los actos de gobierno, además de una mayor profundización de los controles institucionales y republicanos.

Sobre la “alternancia en el poder“, la cual es fundamental, debe darse en todos los ordenes de gobierno por cuanto en el orden Municipal y Provincial la renovación se hace de una manera deficiente, y en el orden federal, por cuanto no se trata de una “alternancia boba y obligatoria” como dijo algún dirigente oficialista: No permitir la alternancia es un avasallamiento del sistema democrático  profundizando la tendencia a la OLIGARQUÍA  que afecta el sistema republicano y representativo de gobierno.

Así, otro de los reclamos “la independencia de los poderes“, claramente denota en la actualidad que la omnipotencia de un poder sobre el otro hace desaparecer la división establecida en nuestra Carta Fundamental, y esto también afecta nuestro contrato de convivencia.

Con respecto a la “responsabilidad de los funcionarios“, como decía Alberdi “Todo el que es depositario o delegatario de una parte de la soberanía popular debe ser responsable de infidelidad o abusos cometidos en su ejercicio”, por ello, no se puede dejar de escuchar ese reclamo, contra la “corrupción” y la necesidad de la celeridad en las causas.

Otra de las demandas, fue la “publicidad de los actos de gobierno“, el ideologo de nuestra Constitución decía: “otro medio de impedir que los delegatarios de la soberanía abusen de su ejercicio en daño del pueblo a quien pertenece, es la publicidad de todos los actos que lo constituyen. La publicidad es la garantía de las garantías”, por tal motivo ya es hora de dotar de transparencia a todos los poderes del Estado.

El constante reclamo de controles, o la falta de un buen funcionamiento de ellos, dan la sensación de la inexistencia de los mismos, de tal manera que el poder de los gobernantes bordea los límites de la impudicia. Sin controles la democracia y la república no tienen razón de ser y carecen de toda vigencia, por tal motivo resulta necesario dotar de mayor poder a estos organismos en beneficio del común de los ciudadanos.

La “calidad institucional” no debe ser una simple muletilla en el discurso vistoso de un político, todo lo contrario, debe ser una polea de transmisión de todas las demandas de la sociedad. No solamente es un mensaje para quien ejerce el poder, sino todo lo contrario, es un reclamo de la sociedad a toda la dirigencia política, con sus más y sus menos, que pide las correcciones al proceso democrático para vivir alguna vez, y definitivamente, en una república.