El fin de un año agotador, el inminente comienzo del próximo, la creciente cercanía del planeta tierra respecto del sol y las ansias de abandonar toda actividad rutinaria confluyen en una única y maravillosa palabra: vacaciones.
Claro está que habrá quienes permanezcan cómodos en sus hogares haciendo caso al sentido más estricto de la palabra (del latín, “vacatio”, vacante, una dispensa de trabajo) y se limiten a no concurrir a sus empleos, entretanto, otros visitarán sitios de interés, algunos se entregarán al consumismo más absoluto y por supuesto no faltarán quienes tras un extenso y complejo planeamiento se trasladen solos, en pareja o en familia a disfrutar de paisajes, culturas o urbes lejos de sus casas. Para ellos está dirigido este artículo. Continuar leyendo