Venecia, año 2011. Ya hacía varias horas que Fernando y Paola caminaban entre canales, puentes y calles hasta que se dieron cuenta que estaban perdidos y que no sabían cómo regresar al hotel. Sacaron de su mochila el mapa de la ciudad y lo desplegaron para buscar la mejor alternativa que los llevara de regreso.
Fernando levantó la cabeza para buscar alguna referencia que le permitiera ubicarse. Fue allí cuando vio a otro viajero en su misma situación: buscaba en un mapa algún lugar y miraba a su alrededor tratando de conseguir alguna pista. Lo que le más le llamó la atención al turista extraviado fue que, cuando el hombre encontró lo que estaba buscando, en vez de doblar cuidadosamente su mapa para guardarlo, lo hizo un bollo y lo metió en su bolso. Continuar leyendo