Escuchamos estos días hablar de bóvedas y escondites donde se guardarían cosas de valor. Este artículo no incursiona en las circunstancias a las que se alude, la idea es asociar con el significado en juego, y su relación con la vida de las empresas. Si la bóveda es el lugar donde se guarda o se esconde algo, lo podemos trasladar al día a día de la empresa?
Escuchamos estos días hablar de bóvedas y escondites donde se guardarían cosas de valor. Este artículo no incursiona en las circunstancias a las que se alude, la idea es asociar con el significado en juego, y su relación con la vida de las empresas. Si la bóveda es el lugar donde se guarda o se esconde algo, lo podemos trasladar al día a día de la empresa? Que se guarda, que se esconde, que cosas no están a la vista? Veamos algunos aspectos que se guardan en la “bóveda virtual” de la empresa:
- Los secretos: es el famoso “de eso acá no se habla”. Cuanto mas se silencia, menos se comparte, y la consecuencia es el aislamiento del personal y su falta de motivación para aportar ideas para crecer. La inercia y la resistencia al cambio colaboran con dejar pasar y esconder información.
- Los números del negocio: la rentabilidad queda en manos de un “iluminado”, que con sus mágicas ideas nos llevara a buen puerto. La verdad, es que la búsqueda de la utilidad, hoy debe ser un asunto de todos, por lo que se requiere compartir mayor caudal de información.
- La familia empresaria: los problemas de comunicación, el no compartir decisiones, la ausencia de planificación en la transición generacional, la confusión en el manejo de los fondos, se transforman en una bomba de tiempo a la perdurabilidad.
- Creerse inmunizado: “a mi no me va a pasar”, “me las se todas, las pase todas”. Son frases corrientes que nos alejan de la sabiduría necesaria en épocas de alta incertidumbre y velocidad del cambio. Es el exceso de confianza y optimismo, muchas veces producto paradójico del éxito del momento.
- La riqueza: hasta donde conocemos donde estamos parados? Como medimos nuestras ganancias? Cual es el limite para reinvertir, cual para retirar y disfrutar? La ocultamos como protección? Preguntas para las cuales encontramos pocas respuestas.
- Gestionar el talento: la falta de incentivos y planes de carrera para nuestra gente, nos lleva a desaprovechar talento, que es la mayor riqueza que debemos administrar, y es lo que nos va a permitir ser cada vez mas competitivos, en un mundo donde todo es fácilmente imitable.
- Gestionar el conocimiento: todo lo que hicimos y construimos, es un enorme capital: es el conjunto de conocimientos y habilidades, que son nuestra mayor reserva. Las tenemos disponibles? Los aprovechamos? O ante nuevos problemas tenemos que empezar de cero, como si no tuviéramos parte de las respuestas en los conocimientos y hábitos adquiridos.
- Los conflictos no resueltos: solemos creer con liviandad, que “el tiempo lo cura todo”. Los problemas se resolverán como el día le da el paso a la noche, con la misma naturalidad. Sepamos: Lo que hoy no afrontamos y buscamos solucionar, es el antecedente del alud que vendrá. Lo que una generación no resuelve, quedara pendiente para la próxima.
- Luchas de poder: las posturas inflexibles, la perdida de racionalidad y de perspectiva del negocio, la búsqueda de la razón personal, como un valor en si mismo, minan las bases de sustentación de las relaciones y la competitividad empresaria.
- La bóveda: una metáfora de aquellas cuestiones que en la empresa quedan olvidadas, guardadas, escondidas, y no salen a la luz, quitándole flexibilidad, agilidad, y visión de futuro.