Un hematoma es noticia en estos tiempos. La salud de quien nos gobierna es tratada por un cuadro que alude a él. ¿Qué es un hematoma? Es la acumulación de sangre, causada por una hemorragia interna, que aparece generalmente como respuesta corporal resultante de un golpe.
¿Como sería un hematoma en la empresa? ¿Qué “golpes” producen hemorragias internas en la gestión de negocios? Cuáles son los síntomas y sus consecuencias?
Si seguimos estos razonamientos, estamos en presencia de circunstancias y decisiones, cuyas consecuencias negativas se hacen visibles tiempo después, efectos que se presentan con posterioridad. El hematoma es la evidencia de algo que pasó, y deja una conmoción en el interior que debemos revertir.
Cuáles pueden ser las señales que hacen notar dichos “hematomas” en las empresas?
Problemas de disponibilidad, reclamos, abandonos de clientes, dificultad de entrega, alta rotación de empleados, discusiones y círculos viciosos sin resultados efectivos, pérdidas de autoridad, entre otros. Y cuales las causas posibles?
- Desatender lo clave: quiere decir vivir solo de los aspectos operativos, pendientes de anécdotas cotidianas sin pensar las tendencias del negocio. Si no nos ocupamos de las funciones claves y focalizamos en ellas, perdemos la perspectiva.
- Ausencia de planes: los negocios requieren definir objetivos, mejoras continuas, y no es excusa la incertidumbre ni las vicisitudes del país. Debemos planificar, para saber dónde vamos, tener una brújula en momentos turbulentos.
- Tablero de gestión: tener los indicadores básicos, monitorearlos, es clave para conocer donde estamos parados. Es útil seguirlos, sabiendo cómo funciona el negocio en la rueda de pagos y cobranzas.
- La rentabilidad: tenemos que cuidar el margen con que operamos, concentrarnos en nuestra especialidad, y protegernos de la tentación de diversificarnos en productos y servicios de baja rentabilidad, aunque “el cliente lo pida”.
- Vender mas no es ganar más: es creencia arraigada que si vendemos mucho resolvemos los problemas de caja, pero es un mito peligroso. Vender bien es otra cosa, cuidemos la utilidad sin hacer “regalos” innecesarios.
- Guerra de precios: ante la escasez, es usual entrar en guerras de precios, donde todos pierden. El precio es nuestra cosechadora, si nos equivocamos, no quedara nada de nuestra siembra.
- La comunicación: es fundamental crear mecanismos de comunicación que hagan fluida la circulación de información. De lo contrario, creamos tensiones y “nudos” que promueven “hemorragias”.
- La emoción y la razón: la razón pone el objetivo, la emoción es motor. El impulso sin control, la pasión puesta en el puro amor propio, generan estados peligrosos para el negocio. Trabajar con objetivos medibles es el antídoto para no perder racionalidad en la toma de decisiones.
- Ser emprendedor: mantener el fuego encendido, nunca dejar de buscar, pero siendo inteligentes a la hora de elegir. Pero sobre todo, no abandonar, y pedir ayuda si eso nos va a permitir salir adelante.
- Familia y negocios: hay muchas situaciones que dan lugar a “hematomas” en la vida de la familia y la empresa. Para prevenir, necesitamos abordar los problemas y conflictos antes que estallen (como los vasos sanguíneos!). Requiere de liderazgo, y ámbitos donde tratar los temas específicos.
Para finalizar: solo enumeré algunos puntos entre muchos, para identificar algunas de las circunstancias capaces de provocar una “hemorragia” en la empresa, cuyos efectos silenciosos serán vistos con posterioridad, y así intentar actuar preventivamente, antes que se produzca el hematoma.