Estrés en la empresa: como responde la empresa a los estímulos y desafíos del contexto? como reacciona la organización, la dirección, staff gerencial, el personal, a las circunstancias que enfrenta en un contexto dado?
Las empresas no resuelven los problemas que plantea la realidad ni se adaptan del mismo modo a la misma. Algunas empresas logran desarrollar respuestas más eficaces, en contraposición a otras que se estancan.
Según sea la combinación fortalezas-recursos-condiciones de la empresa, estaremos en presencia de un mayor o menor grado de stress, de una mejor o peor calidad de resolución y abordaje de los problemas cotidianos.
Como se suele decir, algunos se ahogan en un vaso de agua, otros encuentran las herramientas internas y externas para crecer en la incertidumbre.
Como se manifiesta el stress en la empresa:
- Tiempo dedicado a tareas menores, solo operativas, dejando de lado lo clave de cada sector.
- Dispersión general y desanimo. Falta de motivación, liderazgo y de orientación a la acción.
- Mensajes contradictorios. Un barco que cambia de rumbo según sople el viento cada día.
- Búsqueda de una diversificación en productos y servicios equivocada. Abandono de la especialidad e identidad que le dio origen.
- Confusión en los números, perdida de datos claves. Pérdida de rentabilidad y manejo del flujo de caja.
- Política de precios errática, arbitraria y confusa. Pérdida de beneficios.
- Rotación de personal, en particular jerárquico.
- Rigidez general para adaptarse a situaciones cambiantes. Falta de velocidad de reacción, claves en los mercados de hoy.
- Estado deliberativo y de conflicto permanente, en particular referido a temas secundarios y de escaso valor para los negocios.
- Confusión en los roles y en el ejercicio de la autoridad.
Qué hacer?
- Definir un objetivo simple, de corto plazo, medible, sencillo de cumplir, y con el cual los máximos responsables se puedan alinear.
- el liderazgo: en este proceso de definir y compartir metas simples, es importante asumir un rol de liderazgo, mostrar un camino, una línea de acción, que más allá de las palabras, se exprese en los hechos cotidianos.
- Desarrollar símbolos y trabajar la historia para mejorar vínculos y pertenencia.
- Simplificar: recuperar manejo y dominio de la empresa. Volver a fortalecer los productos y servicios de mayor margen y rotación. Frenar o abandonar los de menor margen.
- Precios: aprovechar aquello que nos distingue, hace a nuestra identidad y tiene demanda. Una política de precios nueva, que no sea una simple suma de porcentajes a los costos.
- Generar pequeñas sociedades internas, con personal afín en sus tareas, para encarar y resolver problemas puntuales, y establecer objetivos de mejoras simples y medibles. Tenemos que propiciar un estado de confianza y complementación.
- Mantener una línea de comunicación y mensajes internos que priorice la coherencia. Esto significa estar alertas a las decisiones contradictorias entre sí, que generan desorientación y falta de motivación.
- Manejo de conflictos: cuidar el trato de las diferencias, evitar la exacerbación de los ánimos en momentos difíciles. Como se dice, “que el árbol no tape el bosque”.
- Conocer en detalle los números de la empresa. Es un buen momento para ser claros, los errores se pagan caros.
- Recuperar la calle. Siempre contar con información, sobre nosotros y nuestra competencia. Mejorar y profesionalizar al máximo el equipo de ventas, para poder resolver con más éxito las situaciones que se presentan.
- Flexibilidad y velocidad. Son valores claves para sobrevivir y crecer. La rigidez y lentitud van a contramano de construirse un lugar en el futuro. El stress se combate con una preparación y defensas internas del sistema, que permitan sobrellevar y atravesar los múltiples desafíos actuales y futuros, que para el mundo empresario, serán cada vez mayores, en cantidad y complejidad.