¿Otra vez seremos campeones?

#EscritosDeLaVida

Otra vez queda poco para que se defina el Mundial, alcemos la Copa y corroboremos la única certeza que tenemos todos. La que preservamos por cuestiones de humildad o educación pero íntimamente reconocemos los nacidos en la Argentina.

Somos los mejores del mundo.

Qué duda cabe. La vida nos ha hecho nacer en estas tierras y nos ha dado esa bendición. Que el Seleccionado Nacional Argentino es el mejor del mundo y que esta vez alzará la Copa delante de todos, para demostrar una vez más que en estas latitudes están los mejores jugadores del planeta y que nuestro equipo por fin recibirá la acreditación que le corresponde, como el mejor equipo del mundo.

campeonesargentinos1Todos lo sabemos aunque debamos callarnos o hacernos los distraídos. En el fondo, si uno es argentino, sabe que somos los mejores y que si la realidad no lo ha certificado aún es por los caprichos de la naturaleza, que por extraños azares o jugadas de la mala suerte provocaron los infortunios.

Injusticias, en verdad.

Porque Argentina debió ser campeón no sólo en el ’78 y el ’86, también en el ’82, ’90, ’94, ’98, 2002, 2006 y 2010.

Esa sucesión de traspiés podría estimularnos a reflexionar y constituir un aprendizaje.

Quizás no somos los mejores del mundo y nuestros jugadores no son los numero uno. Pero balbucear esas posibilidades sería una intención riesgosa porque iría en contra de los genes argentinianos y ocasionaría la más profunda y sentida ofensa al pueblo futbolero argentino.

Por eso, no hablemos de gusto ni nos adentremos en especulaciones ficcionales. Digamos las cosas como son.

La mala suerte existe.

Y fue la causante de cada una de nuestras eliminaciones, que lo único que hicieron fue revelar la injusticia. Porque los argentinos sabemos muy bien quién debió ser el campeón en cada uno de los mundiales.

Parece increíble recordarlo, pero los desatinos son muy difíciles de explicar y de entender. De ahí la incomprensión y el desconcierto que sentimos los argentinos cada vez que llegó el día de la derrota y la realidad se impuso dejándonos afuera de la Copa.

Pero esta vez no ocurrirá, todos sabemos que la justicia tarde o temprano encuentra sus resquicios, se abre paso e impone.

Eso hará este año, cuando la desgracia se transforme en buena suerte y comencemos a recuperar el tiempo perdido. Ese que nos hizo agachar la cabeza en la penuria y arrebató la Copa que nos merecemos.

La que certifica que somos el mejor equipo del mundo y tenemos los mejores jugadores del planeta.

Ahora todo será distinto y no quedaremos una vez más con las manos vacías. Es cierto que no está Maradona, pero está Messi. Aunque ese es en verdad un detalle.

Lo verdaderamente importante es que tenemos al querido Papa Francisco.

Y todos sabemos lo que eso significa.

                                                                                                                     *Hasta la próxima!

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tapa2 para faceEscritos de la Vida - Juan Valentini