¿Cabulero yo?

#EstaciónDeCombate
Las pequeñas/grandes “ayudas” de los mejores de las MMA. En pleno mundial de fútbol y con tantas cábalas que los amantes de este deporte hacemos por nuestra selección, les contamos que estas “prácticas” no son exclusivas del fútbol, ni mucho menos. Los grandes competidores de MMA también acuden a esa “ayudita” extra que permite fortalecer la confianza más que otras cosa.
Aquí algunos peleadores y sus cábalas:

Lyoto Machida: El brasileño tomó el consejo de su padre Yoshizo Machida y cada mañana toma su primera orina del día para tener buena suerte y mantener un buen estado de salud. Todo comenzó debido a un resfriado del que el Dragón no podía recuperarse, su padre le comentó sobre esa alternativa y ahora es parte de su rutina.

Jon Jones: El campeón de los semipesados evita ser exhibicionista e intenta, a toda costa, no burlarse de sus contrincantes, pues al parecer, Mauricio Rua hizo eso con él cuando se enfrentaron por el título de las 205 libras en marzo de 2011. “Shogun” salió con el cinturón en sus manos en alto, esta imagen avivó a Jones y se convirtió en su motivación.

Johny Hendricks: Durante su preparación previa a un combate el texano cuida su barba y la mantiene hasta la noche de la pelea. Después, gane o pierda, la rasura. Hendricks dice que esa barba pertenece a ese duelo en particular por lo que cierra el ciclo al quitarla por completo y volver a comenzar.

Danny Castillo: En este caso la cábala parece ser una excusa más que otra cosa. Pero Castillo atribuye su éxito a una peculiar práctica, una noche antes de pelear, Castillo acude a un strip club y se relaja un poco.

Lorenz Larkin: Es un poco más fashion y previo a sus combates se pinta de negro y rojo las uñas de los pies. Esto lo hace porque cuando se encontraba realizándose un pedicure, le llamaron para pactar un enfrenamiento. Comenzó utilizando rosa y negro, pero después cambió a rojo en honor a su campo de entrenamiento, Millenia MMA. En su primer compromiso en UFC no se las pintó y perdió ante Francis Carmont.

Alex White: tiene una deliciosa superstición: comer una dona antes de sus duelos. ¡Y hasta el momento ha funcionado porque no conoce la derrota!