Mirko “CroCop” Filipovic brilló en el GLORY 17. La historia venía con gusto a revancha. De echo Jarrell Miller, su rival de la noche del sábado, había dejado de lado su competencia en el boxeo profesional solo para tomarse revancha de aquel combate en K1 del 2013. Esa pelea realizada en Croacia y donde había dejado sospechas a favor del dueño de casa desató la furia de “Big Baby”, hasta la noche del sábado en Los Ángeles.
Toda la experiencia de “CroCop” en el Kikck Boxing se “llevó puesto” la arrogancia y las habladurías del Miller en la previa.
La famosa circular media y high Kick del croata dibujaron las más exquisitas combinaciones para que se lleve la pelea en decisión unánime con unas tarjetas que marcaron 30-27 para dos jueces y 29-28 el restante.
“Me siento muy bien. Estoy feliz de haber golpeado a Jarrell Miller después de toda su charla de la basura, aunque yo no tomo esas cosas personalmente”.