La exposición continua al polen y diversos alergenos del ambiente alteran nuestra piel y hacen quese vea opaca. Para evitarlo y mantenerlo hidratado es importante adoptar una rutina diaria de cuidados que debe separarse en dos etapas: por la mañana y por la noche.
Al levantarnos lo primero que debemos hacer es elegir una emulsión de limpieza que sea libre de aceites (para evitar reacciones comedogénicas) la cual deberá distribuirse con suaves masajes y retirar con agua tibia. De ésta forma, eliminamos las impurezas y activamos la circulación permitiendo una mayor penetración de la crema hidratante que vamos a colocar. Esta crema debe contener sustancias como ácido hialurónico, vitamina A, pantenol que van a permitir mantener la piel luminosa y evitar su deshidratación a lo largo del día.
Por la noche, debemos proceder a utilizar nuevamente la emulsión de limpieza y luego colocar en forma de suero o crema gel principios activos como Vitamina C y E, colágeno, dimetilaminoetanol que tienen como finalidad estimular la síntesis de colágeno devolviéndole firmeza y juventud a la piel.
Podemos utilizar un suero para contorno de ojos día y noche que contenga extractos vegetales que tienen como función descongestionar los párpados brindando una mirada más fresca. Nunca olvidar de usar una Pantalla Solar con protección mayor a 30 todos los días por la mañana, la cual disminuirá el riesgo de aparición de manchas y las arrugas que son consecuencia del fotoenvejecimiento.