Durante la juventud, la piel se mantiene con un aspecto terso y saludable debido a la producción continua de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Sin embargo, con el paso de los años disminuye de grosor y la producción de colágeno se reduce, lo que ocasiona la aparición de arrugas, pliegues y flacidez en los contornos faciales.
Hoy en día, estos cambios que la edad produce en el rostro se pueden reparar estéticamente sin pasar por el quirófano, gracias a los avances de la medicina estética en el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas, que consiguen devolver a la piel la textura, la tersura y el volumen perdido por el envejecimiento. Entre los tratamientos más efectivos tenemos:
-BOTOX: consiste en la aplicación de toxina botulínica con el fin de relajar la musculatura y de ésta manera evitar pronunciar arrugas. Se puede usar en forma preventiva para evitar la formación temprana de surcos. Se aplica en frente, entrecejo y zona periocular brindando como resultado una mirada más fresca.
-RELLENO CON ACIDO HIALURONICO: es un tratamiento que devuelve el volumen perdido al rostro. Se aplica principalmente en arrugas profundas hidratándolas y revitalizando el rostro. Generalmente dura de 9 a 12 meses.
-PLASMA RICO EN PLAQUETAS: es una de las técnicas más modernas de regeneración celular, basada en las propiedades que presentan las plaquetas ya que generan factores de crecimiento responsables de cambios celulares, mejorando notablemente la apariencia de la piel donde es inyectado. Se aplica en rostro, cuello, escote, manos, cuero cabelludo para retrasar su caída, cicatrices de acné y estrías recientes. Los resultados son notables, la piel se ve más hidratada y con mayor luminosidad. Mejora la elasticidad y turgencia de la piel, corrigiendo los signos de la edad. Se obtiene a partir de la sangre del propio paciente y se aplica a través de microinyecciones.
Recuerden que cuanto antes nos empecemos a cuidar, más tarde será el envejecimiento. Una mujer de 30 años que se cuida envejecerá más tarde y con mayor naturalidad que otra que no lo haga. La clave está en un correcto asesoramiento médico y en la indicación correcta del tratamiento.