El rol del locutor en un evento

#EventosYFiestas

A la hora de planificar un evento, las compañías no deben olvidar que tendrán que contar con alguien que lo lleve adelante, que permita el desarrollo fluido de los acontecimientos. Una conferencia, una entrega de premios, la presentación de un producto o una fiesta de fin de año requieren la participación de un locutor, un guía profesional con el tono y oratoria adecuados.

Javier Lauria, uno de los locutores de nuestro equipo, explica cuáles son las alternativas con las que cuenta una compañía que decide su contratación: “Mi propuesta abarca el rol de Maestro de Ceremonias, en eventos de carácter formal; el rol de Animador, llevando a cabo una conducción lúdica; y diversos estilos de Voz en Off para los videos que se presentan durante o con posterioridad a cada acontecimiento”. Esto significa que contar con un locutor en un evento no sólo implica la lectura de un guión sino tener la certeza de que una persona capacitada “se lo pondrá en los hombros”, siendo gracioso, serio o conciliador de acuerdo a lo pactado con nuestro cliente.

Es clave que el locutor mantenga una relación estrecha con el organizador del evento tanto antes como durante el mismo. Será el OPE el que le indicará el dress code (código de vestimenta), le facilitará el guión con antelación y se encargará de que no falten atriles, el equipamiento adecuado de sonido y al menos dos micrófonos de alta calidad para cada locutor. Asimismo, le comunicará los horarios de comienzo y fin de la fiesta, la ubicación de las salidas de emergencia, el target del público que asistirá y el tipo de evento. 

A las compañías que decidan contar con un profesional de este tipo para su evento, sugiero que la elección se realice con tiempo y entre la mayor cantidad de postulantes, ya que en alguna medida y por un buen rato, esa persona será la cara de la reunión y, por lo tanto, de la empresa.

 

¿Fuiste alguna vez a un evento en el que el locutor no fue el adecuado?

¡Espero tus anécdotas!

 

Te deseo muy buena semana,

Yanela Biancardi