Era el primer reencuentro de los egresados clase ’99. Muchos se reconocieron al instante. Otros no, porque habían cambiado mucho.
Una vez que estaban todos sentados, comenzaron las charlas para “romper el hielo”. “-¿Qué estás haciendo de tu vida, Maxi?”; “-Soy policía, como mi viejo”; “-Ah, claro! Yo me recibí de contadora y estoy en un estudio, ¿vos, Mariana?”; “-Soy pianista”; “-Copado, ¿y de qué trabajás?”.