Lejos del escenario político donde se desarrolla todos los días, Aníbal Fernández no se desprende ni un segundo de la pasión por el fútbol, la misma que transmite al presidir el club de Quilmes.
En diálogo con Infobae, el senador kirchnerista cuenta cómo vive el Mundial en instancias finales junto a su familia. Altamente optimista, Fernández afirma que Sabella le transmite seriedad y confianza absoluta. En un análisis de la Copa del Mundo, asegura que no hay que verla como un campeonato: “El Mundial es el Mundial y se juega al cien por ciento de la especulación”.
Con respecto a la sociedad, señala que por supuesto la Copa opaca todo. Pero si uno tiene intención de saber lo que está sucediendo, se entera, afirma contundente.
Fernández está convencido de que la selección argentina regresará al país con el objetivo perseguido: “Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino”.
-¿Cómo se prepara para el Mundial?
Como todos los argentinos. Del Mundial es imposible abstraerse; inexorablemente, uno está pensando o ligando todas las cosas que están sucediendo alrededor con eso. La semana pasada había una reunión en el partido. Y cuando estábamos definiendo qué hacíamos con la agenda del día y les digo: “Yo me voy a mi casa, pero a las cinco vengo porque tengo que ir al partido”. Uno de los chicos me dice: “¿Con quién juegan?”. Por lo cual, el Partido Justicialista se confundió con un partido de fútbol. Estamos todos imbuidos de lo que es el Mundial. Es así, inevitable.
-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Con mi familia, en la medida que puedo, con la familia.
-¿Es de gritar los goles?
Sí, claro, los goles se gritan. El que no grita el gol no tiene sangre.
-¿El Mundial cambia su rutina?
Yo sigo con la rutina, lo que pasa es que la rutina también se puede ordenar de forma que a la hora del partido no haya nada para hacer. Pero siempre hay un tarambana que está perdido o que se duerme la siesta, pero hay que tratar de que eso no sea así.
-¿Cábalas?
No, ninguna.
-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Bueno, se supone que es el equipo que todos aspirábamos a que estuviera en competición. Yo lo dije con anterioridad y lo voy a repetir ahora, a mí me hubiese gustado también que estuviera Tevez. A mí Sabella me inspira una absoluta confianza. Es un tipo muy serio y esa situación hace que uno tenga que esperar y saber a lo que está jugando.
No hay que mirar el Mundial como un campeonato. El Mundial es el Mundial. Y se juega al cien por ciento de la especulación, con las fuerzas limitadas, no yendo más allá de lo necesario, jugando con las limitaciones que uno tiene que autoimponerse para no gastar energías, para no derrochar lo que no tiene que derrochar, y eso es lo que ha venido haciendo Argentina en todo momento. El ejemplo más gráfico es el partido contra Bélgica, donde se puede mostrar en toda su dimensión un equipo que está bien planteado, no defendiendo con cuatro, defendiendo con siete; donde está teniendo los cuatro defensores; donde está teniendo a Mascherano que se tira atrás para sumarse a la defensa; donde tiene los dos volantes, o en este caso lo tenía por la izquierda al “Pocho” Lavezzi yendo y viniendo, que terminó fundiéndose a mitad del segundo tiempo… Esa fuerza hizo que en los últimos veinte minutos Bélgica estuviera obligada a tirar centros para tratar de ver si por un cabezazo podía llegar a vencer a la defensa argentina, que no pudieron hacerlo. Me parece que eso demuestra la inteligencia del técnico.
-Mensaje para la Selección:
Trataría de conocer cuál es la mejor forma de decirles algo que los motive y motivarlos. Algunos de ellos hasta podrían ser hijos míos por la edad. Ojalá uno pudiera tirarles la buena leche del argentino y decirles que todos estamos ansiosos y esperanzados en ellos. Y es muy positivo eso. A mí me gusta mucho.
-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
No, no es verdad, lo es cierto que el Mundial eclipsa todo. Vuelvo a insistir, se jugó una final en Wimbledon: Federer contra Djokovic. Y si ganaba Djokovic, pasaba a ser el primero del ranking mundial. En otro momento, sin ser un fanático del tenis, que no lo soy, ni siquiera lo juego, todos acá estarían comentando… y acá pasó absolutamente desapercibido. Eso es una consecuencia inevitablemente de un mundial de fútbol, que como es el deporte más importante en términos de análisis y resolución masiva, opaca todo, inevitablemente.
-¿Barrabravas?
De los barrabravas no tengo ningún concepto, ni les doy bola. Vuelvo a insistir en eso. Si alguna vez el estatuto del club que yo presido dijera que hay una elección para definir quién es el jefe de la barra, con mucho gusto me sentaría todas las semanas a sacar conclusiones con él. Pero la realidad es que el jefe de la barra es el que es más guapo o el que le pega más al otro. Yo no voy a reconocerle personería a nadie en esos términos.
-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
La política es la política y tiene que seguir su vida. Y el Mundial, vuelvo a insistir, opaca un montón de cosas, pero en la medida que uno tenga vocación de saber lo que está sucediendo, lo ve, no lo tapa, se puede ver.
-¿Hasta dónde llega la Argentina?
Yo soy altamente optimista, altísimamente optimista. Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino para venirnos con el objetivo perseguido, para no quemar nada.
Fotos: Natalia Bohdan