“Argentina merecía un momento de alegría en una año para nada fácil”

María Eugenia Vidal es otra de las mujeres que le ponen el cuerpo a la política argentina. Desde el año 2011, acompaña a Mauricio Macri como vicejefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Desde este año, recorre la provincia de Buenos Aires para consolidar su imagen y ser candidata a gobernadora.
En una entrevista con Infobae, la funcionaria cuenta cómo vive esta inminente final junto a su esposo y sus hijos, Camila, María José y Pedro. A la hora de ver los partidos, la vicejefa respeta a rajatabla todas las cábalas y asegura que la Argentina merecía una alegría como esta en un año que no ha sido para nada fácil.

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-¿Cómo se prepara para el Mundial?
Bueno, ahora ya estamos en la fase final, así que ahora con ansiedad, con nervios, esperando que llegue el domingo. Y muy feliz, este equipo nos ha dado una alegría enorme.
-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Los fines de semana los veo en casa, con mi hijos en el living y en familia. Y cuando son en días de semana, me he acercado a la plaza San Martín, donde tenemos la pantalla del Gobierno de la Ciudad. Así que estuvimos ahí con Mauricio y con parte del equipo viendo el partido con los vecinos, porque es lo que me queda más cerca.
-¿Alguna anécdota o recuerdo de sus mundiales?
Y yo me acuerdo del 78, era muy chica, porque yo tenía 5 años, era muy chiquita; pero sí me acuerdo de mi papá festejando, de mi familia festejando. Fue un acontecimiento en ese momento. Y después del 86… En el 86 lo viví más grande y me acuerdo de que nos reuníamos con todas mis compañeras de la escuela y nos pintábamos la cara. Es un lindo recuerdo.
-¿El Mundial cambia su rutina?
No, cuando juega Argentina se frena todo. Aunque sea día de semana, paro todo y se mira el partido. Y si se jugaba algún partido importante como el de Alemania-Brasil u otros partidos importantes a lo largo del Mundial, lo que hacía era que, si estaba en mi oficina, mantenía la tele sin volumen y cada tanto espiaba un poco para ver cómo iba. Y los que estaban conmigo también. Es imposible mantener la rutina habitual.
-¿Cábalas?
Sí, en general trato de ocupar el mismo lugar, de usar la misma ropa. Mis hijos siempre se ponen la remera de Argentina, que se las compré desde el primer partido, y estamos todos de argentinos sentados cada uno en el lugar que corresponde.

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-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
A mí me gusta esta Selección. Pero más allá de lo futbolístico, porque yo no soy una experta de fútbol, me gustan los valores que transmite. Me gusta la humildad que tienen, me gusta esa cosa solidaria y de equipo, de conjunto y no tanto de individualidad. Me gusta lo que transmiten.
-¿En época de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
No, es cierto que el Mundial ocupa un gran espacio y también que es una oportunidad para tener un momento de alegría. En un año que no ha sido fácil para la Argentina, de repente tener este espacio para festejar, ponernos contentos, abrazarnos en la calle con alguien que no conocemos está bueno y hay que disfrutarlo.
Mensaje para la Selección:
Primero agradecerles, decirles gracias porque nos han dado una alegría y una emoción a unos cuarenta millones de argentinos. Después decirles que estamos orgullosos de ustedes y, finalmente, el domingo vamos a estar con ustedes ahí, acompañando hasta el final.
-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
Yo no creo en ese recurso. Creo que cuando algo preocupa, preocupa a pesar del Mundial. Además, es un recurso tan corto, porque el Mundial se termina en algún momento y los problemas siguen. Creo mucho en el criterio de la gente y creo que es un recurso que el que lo utiliza no va a llegar muy lejos.

Fotos: Nicolás Stulberg

“Vamos a ganar, no tengo ninguna duda”

 

Diego Bossio es un joven político y economista de sangre peronista. Tiene 34 años, hace 5 es el director ejecutivo de la Anses. Desde 2009  implementó la Asignación Universal por Hijo, la ley de movilidad jubilatoria y entregó más de 4 millones de notebooks.

Hincha de Rancing y enfermo del fútbol, Bossio disfruta el Mundial entre reuniones, jubilaciones, albañiles, arquitectos… y, en especial, con la mejor compañía, que son su mujer y sus dos hijas, Olivia y Milena.
En una entrevista con Infobae  Bossio recuerda con total pasión el Mundial del 90, cuando con su hermano emulaban al Goyco y a los jugadores y revivían aquellos inolvidables penales.
A la hora de hablar de la Selección, el titular del Anses asegura que es el mejor equipo de la Copa y se imagina una difícil final con Brasil: “Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria y porque tiene a Messi”, concluye fanático.

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-¿Cómo está viviendo el Mundial?
La verdad, con mucha alegría y además con la esperanza en un equipo que efectivamente despierta la pasión, las ganas, todos los días. Siempre mirás a la Argentina. La verdad que a este equipo tengo ganas de verlo.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Este Mundial lo vi siempre con mi familia, excepto un día que nos quedamos con todos los compañeros de trabajo. Pero la verdad es que lo veo con mi nena que va a cumplir 5 años y con mi señora. Me voy a mi casa un ratito y lo veo con ellas.

-¿Qué cosas no pueden faltar en su Mundial?
No soy de tener cábalas y demás, pero siempre tengo la camiseta de argentina… Claramente con la familia, y el teléfono para hablar con mi viejo cuando termina.

-¿Es una cábala entonces?
No es una cábala, pero siempre lo hago. No es una cábala porque, pierda o gane, siempre lo hago. Es el comentario del partido al final, lo hago con Racing, con todos los partidos. Y hablar con mi hermano. Son las cosas que más o menos tengo a mano permanentemente

-¿En el último partido qué le dijo a su padre?
Que tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final. Que me parecía que Argentina había jugado muy inteligentemente y que por primera vez en mucho tiempo tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final.

-¿Una anécdota o recuerdo en especial?
En el Mundial del 90 yo tenía 10 años, y es la primera imagen fuerte que yo tengo. Me acuerdo del Mundial 86, pero solamente de la final y del gol a los ingleses. Del Mundial 90, me acuerdo de que terminaban los partidos y me iba con mi hermano al patio a jugar a la pelota. Teníamos un arco que nos había hecho mi viejo y no sé… tratábamos de jugar a la pelota como jugaban los jugadores del Mundial, con un fanatismo y con una pasión… Me acuerdo de los penales, uno era Goyco y el otro pateaba, el otro pateaba y uno era Goyco, recuerdo con mucha pasión ese Mundial.

-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Veo que ha ido creciendo y que todos los partidos jugó mejor que el rival, por mérito propio, por capacidad técnica de los jugadores, por estrategia. Yo creo que el último partido… Una cosa es verlo en vivo y con los nervios de querer ganar, y otra cosa es verlo más tranquilo. Vi la repetición y, la verdad, jugó bien, tuvo muchas oportunidades, por eso me dio la sensación de que Argentina podía llegar a la final después de mucho tiempo.
-¿Cómo ve Argentina-Holanda?
Vamos a ganar, no tengo ninguna duda, ganamos. Más allá del optimismo, creo que Argentina es mejor equipo que cualquiera. De hecho, es el único que ha ganado todos los partidos y, además, creo que fue mejor que el rival en todos los aspectos.

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-Mensaje para la Selección:
Que salgan con todo, que se concentren, que dejen el alma, que hay un pueblo que los está acompañando, que sean ellos, que sean auténticos. Yo creo que cuando esos chicos juegan y muestran todo su talento, más allá de todas las cuestiones técnicas que aporta el cuerpo técnico, cuando son ellos, la rompen. Messi, cuando puede expresarse al máximo, tiene ese rapto de lucidez que realmente deslumbra.

-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
Es cierto que la tensión está centrada en el Mundial. Te levantás a la mañana y lo primero que preguntás es quién juega hoy, cómo es la agenda. La verdad, es un tema que está en la mesa de todos, en la charla cotidiana, pero no es lo único que importa.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
No, en absoluto. Yo tengo una agenda de trabajo que la cumplimos cien por ciento, el Mundial no la cambia en absoluto, excepto el partido de Argentina. Las cosas ocurren independientemente de lo que pasa en el Mundial.

-¿Hasta dónde llega la Selección?
Ya estamos en la final, seguro. Yo me conformo llegando a la final. Creo que si la final es con Brasil, va a ser una cosa realmente difícil. Si llegamos a la final, para mí, tarea cumplida. Bueno, si me preguntás, una vez que estamos en la final, hay que ganarla. Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria, por los jugadores que tiene, por todas las cosas, por cómo fue este proceso y porque tiene a Messi. Messi es realmente de otro mundo. Cuando agarra la pelota Messi, hay luz. Llega la pelota al pie enseguida, entonces esa cuestión evidentemente tiene un plus extra.

 

“Vamos por un excelente camino”

 

Lejos del escenario político donde se desarrolla todos los días, Aníbal Fernández no se desprende ni un segundo de la pasión por el fútbol, la misma que transmite al presidir el club de Quilmes.
En diálogo con Infobae, el senador kirchnerista cuenta cómo vive el Mundial en instancias finales junto a su familia. Altamente optimista, Fernández afirma que Sabella le transmite seriedad y confianza absoluta. En un análisis de la Copa del Mundo, asegura que no hay que verla como un campeonato: “El Mundial es el Mundial y se juega al cien por ciento de la especulación”.
Con respecto a la sociedad, señala que por supuesto la Copa opaca todo. Pero si uno tiene intención de saber lo que está sucediendo, se entera, afirma contundente.
Fernández está convencido de que la selección argentina regresará al país con el objetivo perseguido: “Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino”.

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-¿Cómo se prepara para el Mundial?
Como todos los argentinos. Del Mundial es imposible abstraerse; inexorablemente, uno está pensando o ligando todas las cosas que están sucediendo alrededor con eso. La semana pasada había una reunión en el partido. Y cuando estábamos definiendo qué hacíamos con la agenda del día y les digo: “Yo me voy a mi casa, pero a las cinco vengo porque tengo que ir al partido”. Uno de los chicos me dice: “¿Con quién juegan?”. Por lo cual, el Partido Justicialista se confundió con un partido de fútbol. Estamos todos imbuidos de lo que es el Mundial. Es así, inevitable.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Con mi familia, en la medida que puedo, con la familia.

-¿Es de gritar los goles?
Sí, claro, los goles se gritan. El que no grita el gol no tiene sangre.

-¿El Mundial cambia su rutina?
Yo sigo con la rutina, lo que pasa es que la rutina también se puede ordenar de forma que a la hora del partido no haya nada para hacer. Pero siempre hay un tarambana que está perdido o que se duerme la siesta, pero hay que tratar de que eso no sea así.

-¿Cábalas?
No, ninguna.

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-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Bueno, se supone que es el equipo que todos aspirábamos a que estuviera en competición. Yo lo dije con anterioridad y lo voy a repetir ahora, a mí me hubiese gustado también que estuviera Tevez. A mí Sabella me inspira una absoluta confianza. Es un tipo muy serio y esa situación hace que uno tenga que esperar y saber a lo que está jugando.

No hay que mirar el Mundial como un campeonato. El Mundial es el Mundial. Y se juega al cien por ciento de la especulación, con las fuerzas limitadas, no yendo más allá de lo necesario, jugando con las limitaciones que uno tiene que autoimponerse para no gastar energías, para no derrochar lo que no tiene que derrochar, y eso es lo que ha venido haciendo Argentina en todo momento. El ejemplo más gráfico es el partido contra Bélgica, donde se puede mostrar en toda su dimensión un equipo que está bien planteado, no defendiendo con cuatro, defendiendo con siete; donde está teniendo los cuatro defensores; donde está teniendo a Mascherano que se tira atrás para sumarse a la defensa; donde tiene los dos volantes, o en este caso lo tenía por la izquierda al “Pocho” Lavezzi yendo y viniendo, que terminó fundiéndose a mitad del segundo tiempo… Esa fuerza hizo que en los últimos veinte minutos Bélgica estuviera obligada a tirar centros para tratar de ver si por un cabezazo podía llegar a vencer a la defensa argentina, que no pudieron hacerlo. Me parece que eso demuestra la inteligencia del técnico.

-Mensaje para la Selección:
Trataría de conocer cuál es la mejor forma de decirles algo que los motive y motivarlos. Algunos de ellos hasta podrían ser hijos míos por la edad. Ojalá uno pudiera tirarles la buena leche del argentino y decirles que todos estamos ansiosos y esperanzados en ellos. Y es muy positivo eso. A mí me gusta mucho.

-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
No, no es verdad, lo es cierto que el Mundial eclipsa todo. Vuelvo a insistir, se jugó una final en Wimbledon: Federer contra Djokovic. Y si ganaba Djokovic, pasaba a ser el primero del ranking mundial. En otro momento, sin ser un fanático del tenis, que no lo soy, ni siquiera lo juego, todos acá estarían comentando… y acá pasó absolutamente desapercibido. Eso es una consecuencia inevitablemente de un mundial de fútbol, que como es el deporte más importante en términos de análisis y resolución masiva, opaca todo, inevitablemente.

-¿Barrabravas?
De los barrabravas no tengo ningún concepto, ni les doy bola. Vuelvo a insistir en eso. Si alguna vez el estatuto del club que yo presido dijera que hay una elección para definir quién es el jefe de la barra, con mucho gusto me sentaría todas las semanas a sacar conclusiones con él. Pero la realidad es que el jefe de la barra es el que es más guapo o el que le pega más al otro. Yo no voy a reconocerle personería a nadie en esos términos.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
La política es la política y tiene que seguir su vida. Y el Mundial, vuelvo a insistir, opaca un montón de cosas, pero en la medida que uno tenga vocación de saber lo que está sucediendo, lo ve, no lo tapa, se puede ver.

-¿Hasta dónde llega la Argentina?
Yo soy altamente optimista, altísimamente optimista. Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino para venirnos con el objetivo perseguido, para no quemar nada.

 

Fotos: Natalia Bohdan

El Mundial de Randazzo: “Confío ciegamente en esta Selección”

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, tiene una agenda de trabajo muy intensa. Sin embargo, admitió en diálogo con Infobae que tratará de hacerse un hueco para seguir de cerca a la Selección de su amigo personal, Alejandro Sabella. Peronista y fanático de Boca y Ford, dice que nunca va a olvidar el gol de Diego Maradona con la mano y recuerda la anécdota de cuando fue dueño de un empresa de cable.
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-¿Cómo se prepara para el Mundial? Con la enorme expectativa de pensar que la Argentina puede darnos una gran alegría. Soy de Boca, tengo los tres mejores defectos: soy peronista, de Boca y de Ford. -¿Dónde y con quién ve los partidos? Los dos primeros partidos los veo con mi familia. El tercer partido, que es en un día de semana, va a estar complicado, porque es el día que para nosotros sucede algo que también equivale a un triunfo para la Argentina: llega un barco con 81 coches Okm para el ferrocarril Sarmiento. -¿Cuál es su mejor recuerdo de los mundiales? En el 86, el gol de (Diego) Maradona a los ingleses, el festejo de la final. En el mundial 90, la canción —creo que fue la más linda—, los penales que atajó (Sergio) Goycochea a Italia y la final con Alemania. -¿El Mundial cambia su rutina? No, seguimos con la misma rutina, tenemos grandes responsabilidades y no las podemos obviar. Por supuesto que cuando juega la Argentina se para el país, y nosotros nos tomamos esas dos horas con nuestro equipo de trabajo, que son amigos de toda la vida, para ver los partidos. -¿Cábalas? Si estoy en mi casa, las ponen mis hijos. Gino o Antonia se ponen un gorro, una camiseta y las van cambiando permanentemente. -¿Alguna anécdota o recuerdo especial? La polémica en la discusión de lo que fue el gol de Diego en el 86 con la mano a los ingleses creo que es inolvidable. Cada uno de nosotros recordamos dónde estábamos, qué hacíamos… Yo estaba estudiando en aquel momento en Buenos Aires, en Palermo, en el departamento de un amigo. Otra anécdota es la del Mundial del 90, tenía un cable en una localidad que se llama Moquehuá, habíamos empezado a vender los abonos y no dábamos abasto para conectar la cantidad de abonados que teníamos.

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-¿Qué fue lo más ridículo o gracioso que hizo mirando un partido? Soy bastante racional. No soy tan apasionado como, en general, son los hinchas del fútbol. -¿Tres cosas que no pueden faltarle en el Mundial? El mate, los amigos y la familia. Si es al mediodía o a la noche: un buen asado. -¿Cómo ve a la Selección de Sabella? Yo soy amigo personal de Alejandro, lo quiero mucho, le tengo una enorme estima y un enorme respeto. Creo que es una persona que ha demostrado seriedad en toda su trayectoria futbolística, como jugador y como director técnico. -¿Cómo armaría su propia selección? Soy uno de los 40 millones de técnicos que tiene la Argentina hoy. Armaría la misma que Sabella, yo confío ciegamente en Alejandro. -¿Quién es el mejor jugador? Messi es el mejor jugador del mundo, y tengo esperanzas en Higuaín, en Di María y en el Kun Agüero, es la delantera más goleadora del mundo. Somos muy optimistas y no falsos optimistas, tenemos con qué ser optimistas. -Un mensaje motivador para los jugadores de la Selección Que pongan garra, que defiendan la camiseta, eso que va más allá de las dotes que tienen como profesionales, y seguramente lo van a hacer, como lo ha hecho el resto de las selecciones. Hay 32 equipos, no es sencillo, la Argentina tiene dos copas en toda su historia, así que pongan garra y que defiendan la camiseta. -¿Cómo deberían actuar los colegios? Cuando juega la Argentina, esas dos horas hay que dárselas para que miren el partido los pibes en la escuela. Si no, están con el celular o el auricular puesto esperando que alguien les mande un mensaje para ver cómo va el partido. Me parece que está bueno, es una vez cada 4 años, y después pueden compensar esas dos horas que entre comillas pierden. El fútbol tiene que ver con nuestra cultura, con nuestra historia, con las relaciones humanas, con un montón de cosas; es la pasión más importante que tenemos los argentinos. No me parece mal que cuando juegue la Argentina tengan esas dos horas. -¿En épocas de mundial, lo único que importa es el Mundial? No, por lo menos para quienes tenemos responsabilidades no. Tenemos que seguir con la agenda diaria, con los problemas que afrontamos todos los días; y más allá del Mundial, hay millones de argentinos que viajan, miles de argentinos que sacan el documento, miles de argentinos que sacan el pasaporte, miles de argentinos que están preocupados por la seguridad vial. - Barrabravas. ¿Qué opina de la figura de estos personajes? Creo que se usa un eufemismo. Los barrabravas, en su mayoría, son delincuentes que, encubiertos en la pasión, hacen cosas absolutamente indefendibles. Más de uno debería estar preso. -¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas? No, no pasa nada inadvertido. La sociedad está esperando un triunfo. Si nos va bien, el ánimo de la sociedad es mucho mejor. Si gana la Argentina, naturalmente el conjunto de la población tiene otro estado de ánimo, como lo tenemos cada uno de nosotros. -¿Hasta dónde llega la Selección? Vamos a salir campeones. No es fácil, Brasil es un muy buen equipo; también está Alemania. Hay grandes equipos, pero creo que la Argentina va a salir campeón.   FOTOS: Nicolás Stulberg