Por: Fernanda Bolagay
¿Ya recibiste tus resúmenes de enero? ¿Cómo arrancó tu año financiero, en crisis u organizado? ¿Cómo cerró tu 2013, planificadamente o con cierto descontrol en materia de finanzas?
Si la respuesta es positiva, y te lograste guardar incluso una parte del aguinaldo, tus cuentas de enero se pagan fácilmente, entonces ¡felicitaciones! Estás dentro del porcentaje de personas con inteligencia financiera, que te llevará hasta donde te lo propongas.
Si, por el contrario, sos de los que en enero están cubriendo excedentes, “tapando huecos”, sacando plata de un lado para ponerla en otro, entonces ¡estas recomendaciones son para vos!:
- Mantené la calma: La culpa no va a hacer que tus finanzas se salden. Es preferible hacer un análisis sincero de cuál es tu comportamiento y por qué se repiten año a año tus problemas. Analizá si gastamos más y por qué y en qué rubros.
- Tomá lápiz y papel: empezá a sumar y a restar, conocé el número exacto que estás debiendo (tarjeta, intereses, etc.). Yo siempre recomiendo evitar hacer solo el pago del mínimo de la tarjeta. Si de verdad estás al rojo vivo, te recomiendo esforzarte para pagar siempre un excedente y hacer un plan de acción para pagar siempre un poco más del mínimo, porque los intereses de las tarjetas son altísimos. Organizate para saber de dónde podrás sacar ese excedente. Aplicá la economía de guerra y así podrás estimar cuando podrás empezar a pagar la cuota normal.
- Subrayá el aprendizaje del año: a qué se debió el aumento de gastos. Así, aprenderás este año a ser precavido y tener un presupuesto.
- Pedir prestado o solicitar un adelanto: son recursos que no te generen intereses. Sé realista con la situación. Para que las finanzas sean sanas, hay que tomar decisiones drásticas. Como en la salud: si tenés un cáncer, dejás el cigarrillo. De la misma manera, si tus cuentas están en rojo, ¡suspendé ya las vacaciones! O cualquier otro gasto superfluo, por ejemplo.
- Determina cuáles son tus gastos fijos: seguramente habrá gastos que no puedes prescindir. Manejá eficientemente los gastos variables que sean realmente imprescindibles. Por ejemplo: dejar de comprar primeras marcas por este mes es una buena opción. Recordá que por productos podés encontrar hasta un 20% de diferencia entre un supermercado y otro. Investigar puede ser muy útil para tu billetera. ¡Informate!
- Finalmente, si con todo lo anterior aún no logras salir del susto, analiza un préstamo al banco: un crédito personal, por ejemplo, tiene intereses muchos más bajos que los de la tarjeta (que llegan hasta el 65%!!). Quizás con ese puedas saldar todas las tarjetas en rojo y unificar tu deuda.
Y recordá que siempre existen alternativas, solo es cuestión de proponérselo y empezar.
¡Muy buenas fiananzas!