Por: Inst. Daniel Tangona
Cuando comenzamos a correr, una de las primeras preguntas que surgen es cuál es el ritmo adecuado. Lo ideal es correr a un ritmo que podamos mantener durante 30/40 minutos, sin exigirnos de más. Es de suma importancia acompañarlo con una correcta respiración.
Antes de correr es importante realizar una entrada en calor para acondicionar los músculos, ligamentos y tendones y evitar lesiones, aumentar la temperatura corporal y mejorar la oxigenación en sangre. El calentamiento brinda al sistema cardiovascular y músculo-esquelético la oportunidad de aclimatarse a las demandas crecientes del ejercicio.
Para volver a la normalidad se recomienda un período de recuperación activa de 5 a 10 minutos para que la frecuencia y la tensión arterial se recuperen y se acerquen a los valores en reposo antes de que el ejercicio se interrumpa por completo.
Tip1. Es súper importante elongar los músculos antes y después de cada ejercicio. Un buen precalentamiento ayuda a evitar lesiones y dolores musculares. Además ayuda a mejorar el rendimiento físico.
Tip2. Si lo haces en forma conciente, elongar te ayuda a reducir el estrés, colabora con la mejora de tu postura y tu concentración y ayuda a reducir malestares musculares crónicos.
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Para correr es conveniente contar con las zapatillas apropiadas para prevenir lesiones. Debes estar erguida sin tirar los hombros y el peso hacia delante para evitar problemas lumbares. Es fundamental conocer nuestra frecuencia cardíaca. Esta se obtiene a partir de una fórmula sencilla: 220 ? la edad x 70%. El resultado será tu frecuencia cardíaca de trabajo.
Si el día está nublado, hace frío o llueve como para salir a entrenar afuera, podés realizar trotes en el lugar, saltar a la soga y correr hacia adelante y hacia atrás en el living de tu casa, lo importante es que cada día estés en contacto con tu cuerpo.
Correr en la playa es una experiencia maravillosas pero debemos tener mucho cuidado con nuestras articulaciones, piernas y tobillos. Correr en terrenos desnivelados es riegoso y puede provocar esguinces y torceduras. De hacerlo, tomá todas las precauciones que puedas, como por ejemplo, vendate los tobillos si vas a correr sobre arena blanda.
Muchas mujeres han comprobado que corriendo afinan las caderas y los muslos áreas particularmente conflictivas.