Por: Inst. Daniel Tangona
Aunque la presión social y/o la exigencia interna sean fuertes para mantenerse delgado, no siempre el peso deseado es el saludable por los riesgos clínicos que ésto implica.
En caso de existir sobrepeso u obesidad, el profesional especialista en nutrición es quien deberá hacer una evaluación nutricional para llegar a un diagnóstico diferencial y así diseñar el tratamiento adecuado.
La solución no estaría dada por una excesiva restricción en la ingesta alimentaria; ya que de suceder ésto se alteraría el patrón alimentario y existiría la probabilidad de aparición de un “Trastorno de la Conducta Alimentaria” (como por ejemplo comer en forma compulsiva gran cantidad de comida o comer a cada rato sin registro de apetito).
La pérdida de peso debe ser gradual y bajo supervisión de un profesional ya que bajar de peso bruscamente implicaría complicaciones físicas con la probabilidad de recuperarlo en el corto plazo. Por lo tanto: “¿Es posible lograr un peso saludable sin someterse a “Dietas estrictas” de muy bajo valor calórico, que no cubren los requerimientos de nutrientes que el organismo necesita para crecer, desarrollarse y mantenerse sano?”
La respuesta a dicho interrogante es que “Sí”, de hecho existen pautas para mejorar los hábitos alimentarios que son las siguientes:
• Realizar ingestas regulares de comida, es decir, realizar de 4 – 6 comidas por día. Comer en lo posible sentado, en forma lenta, masticando bien los alimentos, no fumar mientras se esté comiendo ni realizar otras actividades que lo distraigan del acto de comer. El mismo debe ser placentero.
• Utilizar la moderación.
• Emplear la mayor variedad posible de alimentos, teniendo en cuenta la Pirámide Alimentaria: Almidones (cereales: arroz, avena, cebada; pastas; harinas y derivados: pan, galletitas; legumbres: lentejas, garbanzos, porotos, soja, arvejas; vegetales feculentos: papa, batata, mandioca, choclo). Variar los Vegetales y las Frutas (elegir siempre los de estación). Elegir diferentes tipos de Carnes magras (vacuna – aves sin piel – pescado). Consumir 2 – 3 huevos por semana en preparaciones sin fritura; Lácteos descremados en forma diaria (leche – yogurt – quesos) y aceites de semillas o frutos sin someterlos a cocción (girasol – maíz – uva – oliva – soja – canola – mezcla).
• Ingerir un buen aporte de líquidos durante el día (de 2 a 3 litros), pero no reemplazar ingestas por líquido.
• Consumir alimentos naturales para asegurar una provisión suficiente de vitaminas y minerales.
• Moderar el consumo de alimentos ricos en grasa, azúcar y sodio.
• Limitar al máximo el consumo de alcohol ya que altera el funcionamiento normal del hígado y provoca un “Síndrome de Malabsorción”.
• Realizar en forma gradual un Plan de Actividad Física, ya que el ejercicio no sólo nos reporta beneficios físicos para nuestra salud sino que además promueve una sensación de placer y bienestar al cuerpo y nos ayuda a mantener un peso saludable.
Por el Dr. Marcelo Geronimi
Especialista en Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria AMA . F .FAVALORO