Ocuparse de uno, es la mejor manera de ocuparse de los hijos.
Es permanente, uno ve y escucha por todos lados a padres y madres que exigen que sus hijos logren, que sus hijos tengan, que sus hijos disfruten…de lo que ellos mismos no pueden o no han podido lograr, tener o disfrutar. Esa búsqueda desmedida de realizarse en los hijos, ese “hace vos lo que yo no puedo o pude hacer” genera daño, es así. El chico o adolescente capta (percibe desde su inconsciente /consciente) que esos padres dicen y exigen desde un lugar raro…confuso, lo notan, se dan cuenta.
Que haga deporte, que ame; que estudie y sea exitoso, que sea músico… ¡que disfrute de la vida! Que sostenga sus pasiones; nada de eso tiene llegada a un hijo si sus padres no transitan la vida desde ese lugar que indican transitar ¡pero nada, eh! En cambio, si el niño respira desde chico que sus padres ríen, que tienen y sostienen sus pasiones, que son curiosos, que están vivos y que disfrutan medianamente de la vida, eso es lo válido, ¡eso es lo que llega! Eso es lo va a influir en el niño cuando sea adulto. Porque tiene modelos y ejemplos de que la cosa pasa por ahí. Continuar leyendo