Los días pasan, los viajes se suceden, las horas de charter acumuladas suman cada vez más, y la cantidad de millas charteriles ya representan valores más que respetables.
En mi caso, la temperatura de la convivencia, el termómetro de la situación lo marca un evento del cual mucho podemos hablar, e incluso dedicar un libro entero. “La Batalla del el Apoyabrazos”