Hay una creencia popular que sostiene que casi nunca es el varón quien toma la iniciativa del divorcio en una pareja. Por eso, cuando su esposa decide la separación, ellos se deprimen, se encierran o por el contrario, salen a recuperar el tiempo perdido, o se involucran rápidamente en una nueva pareja con tal de no vivir el duelo de una ruptura.
La mayoría de las veces, los hombres ni siquiera se dan cuenta de que la relación estaba por terminarse. Y de un día para el otro se sorprenden cuando su esposa dice que quiere separarse.