El 28 de enero de 1981 no fue un día más para la privacidad. Esa fecha el Consejo de Europa firmó el histórico Convenio 108 de Estrasburgo “para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal”. Sin dudas se trató de un documento muy innovador pues tenía como objetivo garantizarle a los ciudadanos europeos, el respeto de sus derechos y libertades fundamentales, en especial su derecho a la vida privada en relación al tratamiento automatizado de sus datos personales.