Mucho se ha escrito sobre su vida. Aún después de tantos años. Y todos los que vendrán. Sin embargo, de unos meses a esta parte, un reducto de la prensa decidió dinamitar también tu vida privada, Maradona. Como a los goles de la década del 70, ahora, las amas de casa lo ven en el programa de la siesta. Hay cronistas capaces de tocar el timbre hasta despertar a su padre, Don Diego, para un móvil de televisión en vivo.
Cuándo se ha visto, en qué país del mundo osarían molestarlo, Maradona. Si usted jugaba con las piedras camino al colegio, y, más allá del mundo entero, no soñaba con nada imposible.
Algunos quieren seguir lucrando con su vida porque cuando le tiraron a matar sobrevivió. Todo el planeta sabe que le envenenaron el alma, y que usted fue noble desde la cuna.