Por: Alejo Schapire
Entiendo que haya gente a la que no le gusta leer, una actividad que requiere cierta concentración, esfuerzo y, a veces, enfrentarse con propuestas literarias que pueden incomodar al que sólo busca entretenimiento. Lo que no entiendo es que, habiendo jueguitos en los celulares, música, diarios gratuitos, alguien elija deliberadamente gastar el tiempo, la energía y la plata que sale un libro en una obra mal escrita y sin ningún interés, que necesita la misma dedicación y cuesta lo mismo que, por ejemplo, un clásico que también puede ser de lectura ligera. Ya sé que soy un intolerante.