Por: Silvia Cordano
Es una novedosa técnica que busca estirar los músculos a través del yoga, quemar calorías a través del ejercicio cardíaco y trabajar el espíritu y la suavidad a través de movimientos de ballet.
Ni yoga ni baile, un mix. El Yoga Booty Ballet surgió en Los Ángeles y llega a la Argentina. Sus promotores aseguran que es divertido e ideal para quienes se niegan al gimnasio.
Se trata de un método nuevo y diferente del yoga clásico o tradicional. Si bien es una práctica bastante femenina, no hay restricciones de género, de edad ni de experiencia.
Se puede realizar como única actividad física ya que es un ejercicio divertido y alegre que trabaja cuerpo y mente, y aligera el espíritu a medida que se lo practica. Sus resultados son inmediatos y a largo plazo.
“Si se está bajo mucho nivel de estrés, hay mucha tensión corporal, se siente la necesidad de moverse pero a la persona no le gustan el gym ni las clases muy exigentes a nivel fuerza; si hay gusto por el baile, pero no se anima a una clase de danza, o si el tema es que las clases de yoga aburren, YBB puede ser una excelente práctica”, cuenta Dafne Schilling, profesora de yoga booty ballet y responsable de su llegada a nuestro país. “Es una técnica donde se trabaja el cuerpo y el espíritu, a partir de la creación de un espacio donde las mujeres se sientan bien, un ambiente donde no existen los juicios, las comparaciones ni la mala energía, pero no se considera dentro de lo que denominamos Yoga, si no que es una práctica que contiene mucho de lo espiritual y parte del trabajo físico del Yoga”, aclara.
Durante la clase se escuchan diferentes estilos de música: pop, rock, soul y reggaeton para el momento de bailar, hasta Tracy Champan o Norah Jones para la relajación. Las clases empiezan con una pequeña meditación con tres tipos de respiración que provienen del Kundalini Yoga. Durante los últimos 15 minutos se realizan posturas del Hatha Yoga. “La idea de incorporar el Yoga es para estirar todos esos músculos que se trabajaron durante la parte de ‘cardio dance’ y preparar el cuerpo para la relajación final”, cuenta Dafne, quien es, además, actriz y profesora de Yoga Integral recibida en la Escuela Internacional de Yoga Integral. “Toda la clase está enfocada para que se expresen y se sientan libres de incorporar lo que quieran a los pasos que les marco. En la parte de yoga, arrancamos haciendo una mini-coreo, que tiene que ver con la expresión corporal”, agrega.
Cada clase combina cinco elementos diferentes: sintonización de nosotros mismos y de lo divino, energía, fuerza y equilibrio, suavidad y autoelevación. “Es una técnica donde se trabaja cuerpo y alma de la mano de la respiración, el baile y el yoga. Trabajamos el cuerpo con el baile liberador, transpiramos mucho, liberamos toxinas y hacemos ballet para tonificar. Pero también nos conectamos con nuestro ser espiritual a través de la respiración y el yoga”,resume Schilling.
Un ejercicio completo para divertirse y despertar tu diosa interior. ¿Otra versión de Yoga? Sí! Pero no tiene desperdicio y es increíblemente motivadora.