Por Martín Rieznik*
Hombres y mujeres somos diferentes a la hora de seducir y ser seducidos. Las mujeres son objeto de propuestas románticas y sexuales día a día, los hombres no. Ellas reciben cotidianamente miradas insinuantes, piropos y proposiciones de todo tipo. Los hombres no. Si una mujer decidiese dar una oportunidad a cada hombre que pretende seducirla, no le alcanzarían los días. No sucede lo mismo con la mayor parte de los hombres, más bien lo contrario. Un hombre sin una personalidad activa puede llegar a pasar dias o años sin recibir siquiera una indirecta de una mujer.