Por: Matías Sánchez
La ciudad santiagueña de Termas de Rio Hondo vivió el pasado fin de semana los días de mayor repercusión mundial de su historia. Los 52.000 espectadores que rodearon el perímetros del autódromo junto con televidentes en más de 200 paises fueron testigos de un nuevo triunfo de Marc Marquez pero también del triunfo de un país por recuperar una fecha del motociclismo a nivel mundial.
Crónicas se han escrito muchas, por lo que decidí por esta vez tratar de explicar lo que se siente estar involucrado en un evento de tal magnitud, al punto de poder entrevistar a los principales protagonistas apenas minutos después de bajarse de sus máquinas luego de andar a más de 330 km/h.
Si hay algo que caracteriza a eventos de este nivel es el orden. Todo está en su lugar, todo tiene un porqué, cada una de las personas que están en el paddock tiene una función, un trabajo que realizar. Quienes establecen este orden son Dorna, como promotora de la categoría, y por su lado FIM e IRTA como responsables de la parte deportiva.
Por este motivo todos quienes están por boxes están debidamente identificados con sus correspondientes credenciales, pulseras o chalecos, mediante los cuales se puede saber cuales son sus tareas o cuál es su zona de trabajo específico. Quienes pueden estar en un sector pueden ingresar o no a otro, ya sea la sala de prensa, la torre de cronometraje, la pista misma o el control de carrera. Hasta los scooters y las cámaras de TV tienen stickers que diferencian su zona de acceso.
Cuando arribamos al circuito el miércoles estaba todo organizado por sectores. Habitualmente en las carreras europeas los equipos cuentan con sus motorhomes que viajan de pista a pista con sus pertenencias y durante el fin de semana sirve de oficina o taller móvil. Aquí los boxes mismos fueron aprovechados al máximo por cada escudería, mientras que en la parte trasera se armaron oficinas temporarias similares a los stands de las exposiciones, con aire acondicionado incluido, para que los pilotos descansen o mantengan reuniones con sus ingenieros.
La sala de prensa contaba con posiciones de trabajo para los 300 periodistas naciones y extranjeros acreditados, y en un mismo pasillo estaban a un lado y otro las oficinas de la organización, el control de carrera y la sala de conferencias, permitiendo que el acceso a las zonas de trabajo de todos quienes estaban allí fuera sencillo y fluido. El trabajo realizado por Laura Cerezo, Federico Amateis y su equipo en el area de prensa fue impecable todos los días.
El TV Compound, o centro televisivo, era una verdadera maravilla técnica portátil de casi 70 m. de largo, compuesto por dos filas de oficinas tipo container puestas en paralelo con un pasillo en el medio. Desde allí iban y volvían kilómetros de cables que se conectaban a cámaras y antenas para controlar las 96 (si, 96) cámaras de TV que se usan durante todo el fin de semana. Desde las de pista, on board, alta velocidad, fijas, etc., todo se monitoreaba, grababa, emitía y editaba desde allí, mientras técnicos y periodistas entraban y salían como si fuera un hormiguero.
Toda la actividad del MotoGP se emite en vivo a través del sitio web de la categoría, incluyendo la conferencia de prensa previa del jueves por la tarde, mientras que a partir de este año el público español puede seguir todo lo que pasa en pista a través de transmisiones maratónicas de casi 8 o 9 horas desde cada circuito. Para ello montaron un impecable estudio en el segundo piso de la torre de cronometraje.
En la sala de prensa también se podía seguir toda la actividad en pista a través de monitores y el público observaba a través de las más de 10 pantallas gigantes que había a lo largo de la pista la señal de MotoGPTV, donde también en una barra lateral se podían ver las primeras doce ubicaciones de los tiempos obtenidos por los pilotos.
El Race Control del autódromo de Termas de Rio Hondo es otro lugar único, donde 20 personas en ubicadas en tres filas pueden observar todo lo que sucede en la pista a través de 32 cámaras de circuito cerrado. Allí están el director de carrera, el responsable de seguridad, el responsable médico junto con miembros de la organización y de la Confederación Argentina de Motociclismo Deportivo, todos comunicados en pista con su respectivo personal para actuar inmediatamente en caso de un incidente.
El centro médico fue equipado con la más alta tecnología posible para atender cualquier tipo de urgencia, y de ser necesario todo estaba coordinado para que un helicóptero trasladara a un paciente a la ciudad de Santiago del Estero en apenas 15 minutos.
Lo más destacable es el respeto y la educación de todos quienes estuvieron trabajando en todo momento. Nuestra base de trabajo fueron las entrevistas con los pilotos, pero siempre había que coordinar antes o con los jefes de prensa de cada equipo o con los responsables de comunicación de DORNA en los momentos “calientes” como al terminar la clasificación o cada una de las carreras. Pero la buena predispoción de todos fue realmente fabulosa.
Fue un fin de semana muy especial para todos quienes tuvimos la fortuna de estar allí, tanto en las tribunas como en el paddock, porque disfrutamos del mejor motociclismo a nivel mundial en una pista que fue elogiada por todos los pilotos, ya que el ingeniero italiano Jarno Zaffelli no descuidó ni el más mínimo detalle para que el circuito estuviera al nivel de cualquier otro circuito de los que pisa el MotoGP.
Y aquí debo confesar algo que no saben muchos, pero creo que vale la pena hacerlo público ahora que ya pasó la carrera. Cuando comenzó el proyecto del MotoGP en 2011, antes de ingresar en ESPN, trabajé algunos meses para la organización convocado por Orly Terranova. Mi función fue asistir y coordinar el trabajo encomendado a Jarno Zaffelli para rediseñar el circuito. El 14 de diciembre de ese año fuimos a la pista con él y Claude Danis, en ese entonces responsable de seguridad de la FIM.
Para Danis no era admisible la configuración anterior de la pista santiagueña, ya que el amplio curvón a la izquierda que desemboca en la última curva antes era más largo y comenzaba con una especie de chicana donde hoy está la curva 8. Parados ahí y pensando soluciones, quien escribe estas líneas sugirió humildemente: “¿Que les parece seguir derecho hasta arriba y allí doblar a la izquierda para tomar el curvón desde allí?” Primero hubo miradas de sorpresa, pero luego de hacer a pie el sector entre todos quedó definido que la curva 9 iba a tener esa forma, ciega, veloz y en trepada, finalmente diseñada por Zaffelli hasta con un leve peralte.
Tuve la satisfacción de escuchar decirle a Jorge Lorenzo cuando vino al set de ESPN de decir que esa curva le hacía acordar de alguna forma a la trepada de Spa-Francorchaps. Confieso que no me animé a decirle en ese momento que tenía enfrente suyo al “irresponsable” de esa curva. Pero la sonrisa no me la quitó nadie por un buen rato.
Marc Marquez, Jorge Lorenzo, Andrea Iannone, Yonny Hernández, Pol Espargaró fueron algunos de los protagonistas con los que pude hablar a lo largo del fin de semana, todos merecen mi máximo respeto por su calidez humana y profesional, siempre con una sonrisa, un apretón de manos y una mirada de confianza que a uno mismo lo hacen sentir cómodo al momento de una entrevista, cuando son ídolos de exposición a nivel mundial.
A ellos y a todos quienes estuvieron involucrados en la organización del GP de la República Argentina de MotoGP, por su esfuerzo y dedicación durante los últimos tres años: muchas gracias por una semana inolvidable.