Por: Fernando Taveira
Sin dudas, ha habido casos en que los fallos arbitrales han sido determinantes para los resultados de ciertos compromisos. Pero en la edición de Suiza ‘54, hubo un encuentro que permanecerá en las páginas más oscuras del Mundial, por una persona a la que le faltó carácter para impartir justicia en uno de los duelos iniciales del torneo.
El 17 de junio en el estadio de Lausanne, Suiza e Italia abrían el Grupo 4 y el brasileño Mario Viana fue el encargado de dirigir un duelo que culminó en una vergüenza histórica. Tras un primer tiempo sin altercados, en el que Robert Ballaman y Giampiero Boniperti habían aportado para el 1 a 1 parcial, en el complemento se desató una ola de sucesos extremadamente llamativos para el mundo de la pelota.
El hecho más curioso ocurrió cuando el delantero visitante Benito Lorenzi, a quien apodaban el “Veneno”, por su juego malintencionado, le pegó una violenta patada al defensor Roger Bocquet. La dura acción obligó al juez a expulsar del campo al italiano, pero el colérico atacante, en lugar de abandonar el terreno, comenzó a exigirle al referí que diera marcha atrás con la medida. Además, como con una conducta contagiosa, el resto de sus compañeros imitaron a Lorenzi y mediante empujones, amenazas y manotazos consiguieron que el sudamericano anulara el castigo.De este modo, el choque continuó once contra once.
A pesar de la injusticia, los helvéticos se quedaron con la victoria gracias al gol de Sepp Huegi. Sin embargo, cuando concluyó el encuentro, los italianos volvieron a asediar al árbitro, a quien acusaron de haber favorecido con sus fallos a los dueños de casa. El mismo Lorenzi le pegó una patada al colegiado, que luego tuvo que ser rescatado por la policía.
Sin sancionados, el certamen continuó como si nada hubiera pasado. Como italia le ganó a Bélgica 4 a 1 y Suiza cayó frente a Inglaterra (2 a 0) ambos equipos tuvieron que volver a verse las caras para dirimirse el boleto hacia los cuartos de final. En dicho duelo, disputado en Basilea y con el arbitraje del galés Benjamin Griffiths, los locales se impusieron 4 a 1.
Finalmente, cabe resaltar que antes del inicio de la Copa, la FIFA había elaborado una lista de directivas que los jueces debían cumplir obligatoriamente para tener un mejor rendimiento en los partidos:
- Tomar una ducha fría en ayuno y otra antes de acostarse.
- Hacer durante quince minutos diarios el ejercicio de saltar la cuerda.
- No tomar bebidas alcohólicas en el día del partido a su cargo.
- Correr dos mil metros, un día sí y otro no, y tomar una ducha fría después del ejercicio.
- Acostarse temprano en víspera de un partido a su cargo.
- En caso de la muerte del árbitro en el transcurso del encuentro, éste será inmediatamente dado por terminado.
En conclusión, el brasileño Mario Viana estuvo muy cerca de cumplir con el último requisito, pero las autoridades del estadio lo salvaron de ello.
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