Tuvieron que pasar 80 años para que África tenga por primera vez la oportunidad de albergar a la Copa del Mundo. En tierras donde la discriminación racial se hizo presente durante tantos años bajo el sistema de Apartheid, el fútbol llegó para demostrar que el país presidido por Jacob Zuma estaba listo para integrarse al mundo. Así como alguna vez Nelson Mandela utilizó al rugby para unificar al pueblo, ésta vez la FIFA decidió que la pelota ruede por los diez estadios sudafricanos para que todo un continente tenga la posibilidad de estar cerca de la fiesta mundialista.