Por: Alejandro Rosenfeld
El regreso de la megaestrella de la NBA, LeBron James, a Cleveland tras su exitosísimo paso por Miami Heat, no solo trajo la ilusión de un campeonato a una de las ciudades con mayores frustraciones en la historia del deporte estadounidense. Además, su llegada generó que otros jugadores se quieran sumar al “tren LeBron” para formar un equipo histórico. Tal es el caso de Kevin Love, la superestrella de los Timberwolves, que presionó a los directivos para que lo traspasaran a los Cavaliers. El ala-pivot, con unos números increíbles en su carrera, puede ser el complemento perfecto para que, junto a LeBron y el mágico base Kyrie Irving lleven a Cleveland a la gloria eterna.
Este californiano, de apenas 26 años, 2,08 mts y unos macizos 118 kilos, pasó de ser un jugador más del montón a ser considerado uno de los mejores 5 jugadores de la NBA en tan solo 3 años. Un crecimiento increíble, apoyado por unos números que solíamos ver en la época de Abdul-Jabbar, Robertson o el mítico Wilt Chamberlain. Estamos hablando de un jugador que promedia los 25 puntos con facilidad, roza los 14/15 rebotes por partido, es un buen asistidor y encima es uno de los mejores tripleros de la Liga. Completísimo. Júntenlo con LeBron James y un joven base como Kyrie Irving (llamado a ser el mejor dentro de muy poco) y tenemos un equipo que puede hacer historia en los próximos 5 años.
Kevin Love comenzó sus pasos en el Lake Oswego High School, en el estado de Oregon, a donde su familia se había mudado ya unos años atrás. Tras hacer toda su carrera de instituto allí y pulverizar todos los récords habidos y por haber, Love se comprometió con la famosa UCLA californiana para entrar a disputar la NCAA universitaria. Allí, fue nombrado jugador novato del año en su conferencia y llegó a las semifinales del Final Four, cayendo ante Memphis. Tras finalizar la temproada 2007-08, Love anuncio su postulación al Draft de la NBA.
En el draft 2008, una lotería que incluyó nombres de peso como Derrick Rose, Russell Westbrook y Roy Hibbert, Love fue seleccionado en la quinta posición por Minnesota, quien adquirió sus derechos vía Memphis. Así, el californiano comenzó su carrera en la mejor liga del mundo.
Sin embargo, sus primeros años no fueron del todo efectivos, ya que comenzó jugando desde el banco de suplentes, aunque logró liderar entre los novatos del año en la categoría de doble decenas (29) en la temporada.
El cambio radical vendría al año siguiente, en la 2010-11. Love arrasó con las estadísticas, con más de 20 puntos y 15 rebotes por partido. En un encuentro ante los New York Knicks, se convirtió en el 19° jugador en la historia de la NBA en tener un juego con más de 30 puntos y 30 rebotes, estableciendo el récord de los Timberwolves con sus 31 rebotes. Además, obtuvo 53 doble-dobles consecutivos, igualando la segunda mejor marca en la historia de la Liga. Una temporada fantástica, únicamente frustrada por los malos resultados de los Wolves.
En la temporada siguiente, vino la confirmación. Love se asentó como una megaestrella y participó en su segundo All-Star game. Además, derrotó a Kevin Durant en el torneo de triples, obteniendo cada vez mayor protagonismo a nivel nacional. 25 puntos por partido y más de 13 rebotes, fueron los números finales del 2011-12 de Love.
Al año siguiente, tras conseguir el Oro Olímpico en Londres con los Estados Unidos, Love se fracturó la mano, lo que lo limitó a disputar apenas 18 partidos de la temporada 2012-13. Intrascendentes números (18 y 14) en un equipo que no cumplió con las expectativas de antemano.
El año pasado, su último con la “42″ de Minnesota, Love volvió a su nivel habitual y cerró la temporada con 26 puntos de promedio, 12,5 rebotes y unas impresionantes 4,4 asistencias, lo que indica un crecimiento en su juego.
El 23 de agosto se llevó a cabo el traspaso que ya venía siendo comentado un mes atrás: Love a los Cavs de LeBron, a cambio de la futura estrella canadiense Andrew Wiggins y el frustrado Anthony Bennett, en una transacción que involucró también a los 76ers.
Ahora, Love tendrá la posibilidad de competir en otro nivel. Jugará para un equipo que, como mínimo, tiene como objetivo llegar a las finales de la NBA. Nunca antes LeBron James pudo tener en la zona pintada a alguien tan determinante como Kevin Love. Ni siquiera con Chris Bosh en Miami. Y tampoco James tuvo nunca antes a un base puro como Irving. Todos estos condimentos hacen ilusionar a los fans de Cleveland. Love, sin dudas, será uno de los grandes protagonistas de un equipo que tiene todo para hacer historia.
Las mejores 10 jugadas de la carrera de Kevin Love en los Timberwolves: