En los tiempos en que vivimos, el stress esta dado entre otros factores por la sobrecarga de trabajo, compromisos, actividades extra laborales, ocuparse y cuidar a nuestros hijos y nuestras familias, y mucho influye también el factor económico. Llegamos a casa cansados, fatigados y lo que queremos es comer algo rápido porque incluso muchas veces nos salteamos el almuerzo, mirar algún programa de televisión e irnos a dormir, y poco nos detenemos a pensar en la “COMIDA”.
¿Qué comemos? comidas rápidas y fácil de cocinar, como fideos, arroz, hamburguesas, salchichas, purés pre cocidos, milanesas, pizza, empanadas; toda esta alimentación contiene un alto contenido de grasas y carbohidratos, los cuales nos hacen engordar y lesionan nuestras arterias.
En los últimos años ha aumentado significativamente el numero de personas con síndrome metabólico (sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial, dislipemia, afecciones cardíacas), y eso se atribuye entre otros al estilo de vida que llevamos (stress, sedentarismo y gran parte a la mala calidad de alimentación).
En esta columna semanal iremos recorriendo paso a paso, como podemos ir modificando paulatinamente nuestras conductas alimenticias, para que con pequeñas modificaciones podamos tener una vida sana y disminuir así esos factores de riesgo que son tan dañinos para nuestra salud y lograr una mejor calidad de vida.
Es importante cumplir con las cuatro comidas diarias como mínimo (desayuno, almuerzo, merienda y cena), pudiendo agregar dos colaciones: una a media mañana y otra antes de la cena si es que se cena muy tarde.
Los ayunos prolongado hacen que lleguemos con mas hambre a la próxima comida, comiendo mas rápido y en mayor cantidad, eso a su vez nos hace sentir pesados y muchas veces nos inflama; aunque sean pocas cantidades es importante comer cada 3-4 hs.
La próxima semana nos enfocaremos en la calidad de la alimentación.