Por: Yas García
Cuando hablamos de la necesitad de Datos Abiertos, de la participación y colaboración de los ciudadanos, de un Gobierno Abierto, también tenemos que hablar de uno de los problemas no resueltos al menos en varios países de América Latina: La brecha digital o brecha tecnológica (Su creador, Simón Moores, utilizó en 1996 el término “digital divide” para definir la diferencia Socio Económica entre aquellas comunidades que tienen Internet y aquellas que no).
El paradigma de los datos abiertos es parte de la evolución de las administraciones públicas y de la sociedad, por lo cual, hay que avanzar en paliar “la brecha del conocimiento tecnológico” para lograr crear innovación social.
Los gobiernos tienen en su agenda de labor la accesibilidad a Internet y equipos tecnológicos, que es mucho, pero aún, paralelamente hay una gran carencia en la capacitación de los ciudadanos, en el fortalecimiento de la era del conocimiento. Está era, producto de los acelerados procesos de innovación tecnológica que se vienen dando desde la segunda mitad del siglo XX.
La reducción de la brecha digital es uno de los dos puntos a trabajar para tener una ciudadanía predispuesta a la apertura de datos, idónea sobre el derecho al acceso de información pública, para lograr un cambio de actitud y contribuir en la construcción de una sociedad competitiva e integrada al avance de Datos Abiertos.
Y el otro punto: En el “fenómeno” de datos abiertos encuentro que hay inconsistencia en la integración de los ciudadanos, porque no todo son aplicaciones (las cuales son un eslabón importante para la participación ciudadana y, un buen comienzo), y sí queremos una comunidad activa, también, hace falta un plan catalizador que lleve al colectivo a ser participativo. En primer medida, armar una agenda didáctica de aprendizaje para sanear la alfabetización digital que persiste. Una agenda de trabajo en junto con los sectores educativos que tienen que ser una parte activa en las administraciones públicas, que anhelan adherir a la apertura de acceso a la información.
Me cruce de vereda, tratando de sentir lo mismo que una persona sin la capacidad para adaptar la tecnología a sus necesidades o sin tener acceso a la misma. Y convoque a Yolanda Rueda – Presidente de CiberVoluntarios -que como muchas organizaciones, empresas y profesionales ayuda a que no se siga abriendo la grieta tecnológica, educando en la alfabetización digital de personas pertenecientes a comunidades desfavorecidas; para que nos cuente las deficiencias que presentan los ciudadanos que están excluidos de esta era.
La Fundación Cibervoluntarios, es una organización sin fines de lucro que desde 2001 desarrolla un importante trabajo de colaboración con los ciudadanos que menos familiarizados están con la tecnología. Yolanda (@chaty) estuvo en Buenos Aires y nos concedió una entrevista para #OpenData de Infobae.com.
-¿Qué trabajo realiza un CiberVoluntario?
- Brecha digital y apertura de datos. ¿Qué ventajas adquiere un ciudadano con acceso a la tecnología para luego ser un “ciudadano participativo”?
- ¿Las administraciones públicas están entendiendo la necesidad de una sociedad tecnológica?
Según el informe del Institute World Stats de diciembre del 2011, en Argentina de 41.769.726 habitantes, 28.000.000 (ósea el 67 por ciento) son usuarios de Internet. A pesar de estos datos, y salvando las urbes que se llevan el premio a la conexión, hay un gran porcentaje de ciudadanos (el otro 33 por ciento) que no corre con la misma suerte. Ya sea, por no tener al alcance los medios tecnológicos o, en muchas ocasiones todavía existe el temor y desconocimiento de la utilización de los mismos, con grandes dificultades para el acceso de información. Para ampliar este tema, recomiendo un artículo: “Por qué Internet es tan costosa en América Latina”. Y sin entrar en detalle sobre los datos del informe que arrojó el Ministerio de Educación: En promedio en las aulas hay 40 alumnos por computadora y tan solo el 29 por ciento de los establecimientos educativos tienen conexión a Internet. Sabemos que el futuro esta en las aulas, y si queremos un Gobierno Abierto, también tenemos que focalizar la mirada allí. Pero este tema será parte de otro post.