El Teatro Argentino de La Plata presentó de manera no oficial su temporada 2013 en medio de una situación de profunda problemática económica. El bastión cultural de la Provincia de Buenos Aires y el segundo teatro en importancia de nuestro país en lo que a presentaciones líricas se refiere se encuentra en medio de una encrucijada de difícil solución. Los títulos anunciados para el presente año son “Pierrot Lunaire” de Arnold Schoenberg, “La traviata” de Giuseppe Verdi y “El holandés errante” de Richard Wagner.
Como referente indiscutido de la lírica de nuestro país el Teatro Argentino de La Plata cede terreno en un campo que supo verlo crecer de manera importante en los últimos años y llegando a competir de igual a igual con el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires. Atrás quedan puestas en escena de gran esplendor artístico, temporadas delineadas en hojas de creatividad plena y artistas que supieron estar a la altura de semejante exposición. ¿Qué sucedió entre la puesta del año 2011 de “Eugene Oneguin” de Piotr Illich Tchaikovsky con la superlativa puesta en escena de Michal Znaniecki y este presente apocalíptico? ¿Por qué de programar entre 5 y 7 óperas por temporada ahora solo se presentarán 3? Podría realizar más paralelismos ente la actualidad y los virtuosos y recientes años pasados del teatro pero no demos más vueltas. La respuesta es contundente: la Provincia de Buenos Aires está pasando por una profunda crisis financiera y la situación es crítica. Docentes, médicos, judiciales, comedores escolares y por supuesto el ámbito cultural están azotados por la falta de recursos económicos en la provincia que dirige el gobernador Daniel Scioli.
Sin clases en las escuelas y con docentes que recrudecen las medidas de fuerza ante la no respuesta oficial a sus reclamos. Con hospitales con falta de insumos y médicos que adoptaran medidas de fuerza esta semana reclamando un 40% de aumento. Los empleados judiciales se encuentran en asamblea permanente a la espera de una mejora económica. Los comedores escolares se suman al déficit financiero, los proveedores no cobran y por lo tanto la comida no llega, en algunos casos se redujeron los platos de comida. Y claro, ante semejante panorama ¿Quién se atrevería a reclamar más títulos de ópera en la temporada del Argentino? La falta de recursos en la provincia golpeó de manera determinante las actividades del teatro. El presupuesto del Teatro Argentino para este año es de $ 23.000.000, parece mucho al observar las necesidades de otros sectores pero es insuficiente para un teatro con semejante prestigio producto del esfuerzo de los últimos años y proveniente de la misma gestión. Lo que es peor aún es la no certeza de recibir ese dinero a lo largo del año, todo indica que lo económico terminará derrumbando toda apuesta cultural y artística. El año pasado el presupuesto otorgado al coliseo bonaerense fue de $ 15.500.000 pero solo llegó a las arcas del teatro el 29% de lo designado. Marcelo Lombardero renunció a la dirección artística a principio de mes, Alejo Pérez se distanció de la dirección musical al igual que Miguel Martinez lo hizo de la dirección del coro estable. Y las consecuencias obviamente continúan, los artistas y trabajadores del teatro salieron a la calle el jueves pasado para protestar contra diversas falencias de la institución: deterioro edilicio, falta de producción propia, deudas y elencos acéfalos. Los trabajadores denuncian el vaciamiento y la falta de presupuesto. En declaraciones al periódico “El Día” el delegado de ATE Carlos Poblete señaló que “entre personal de mantenimiento, técnicos, administrativos y artistas, el Teatro cuenta con unas 700 personas que trabajan en el lugar, y que reclaman planteles básicos para poder realizar la carrera administrativa, el pago a trabajadores contratados, a quienes se les adeuda desde el año pasado, y un mayor presupuesto que, entre otras cuestiones, afecta la actual falta de programación del lugar”. Además en los últimos tiempos el edificio sufre la falta de mantenimiento, se denunció el desprendimiento de mampostería de los pasillos, la rotura de la mayoría de los ascensores, inundación de los subsuelos, falta de barandas en las escaleras, vidrios y puertas rotas. La situación de la provincia argentina más importante es crítica, la falta de recursos propios es insalvable debido a una pésima administración de años y que tiene como principal responsable al gobernador Daniel Scioli. Ante semejante panorama resulta lógico que la oferta cultural del Teatro Argentino de La Plata recorra un camino sin futuro, no hay respuestas oficiales y los funcionarios encargados del área de cultura no brindan soluciones reales.
Realizar una valoración artística del boceto de temporada que presentó de manera apurada para acallar críticas el director general del teatro, Leandro Iglesias, sería una verdadera burla hacia los que día a día trabajan en la institución. No se puede hablar de programación cuando la incertidumbre gana decididamente la calle de la seguridad laboral, cuando no se atienden los reclamos valederos de los artistas y trabajadores y cuando no se reconocen desde cargos de poder las propias limitaciones para afrontar dificultades que están a la vista de todos.
Como siempre la cultura tiene todos los números en la rifa de recortes oficiales por problemas económicos pero sucede que en este caso otros ámbitos dependientes del estado también tienen sus numeritos. Todos perdemos cuando nuestros gobernantes administran de manera inconveniente nuestros recursos. La Temporada 2013 del Teatro Argentino de La Plata aún no fue presentada oficialmente y está bien que así sea, ya que resulta prioritario anunciar como se va a pagar lo adeudado, como se va a costear el mantenimiento del edificio y como se va a hacer para no dejar a los artistas y trabajadores en la calle. Necesitamos respuestas inmediatas de los funcionarios a los problemas de la gente y no bocetos de programaciones hechas a las corridas. Jorge Telermann como presidente del Instituto Cultural, Juan Carlos D´Amico como asesor provincial del Teatro Argentino y Leandro Iglesias como su director, el futuro inmediato del teatro depende de su administración.
Alejandro César Villarreal