Francesco Tonucci es pensador, psicopedagogo y dibujante italiano que otorga un importante lugar a los niños como parte activa del ecosistema urbano. Una de sus frases, que ha quedado grabada en mi memoria es que “un niño yendo a la escuela con su padre es un hecho privado, en cambio un niño yendo solo a la escuela es un hecho público”, lo que implica, según el autor, que si los chicos andan solos la gente está más atenta a lo que pasa, los cuida, y esto hace el lugar menos interesante para los malevos. Como resultado, los trabajos de Tonucci buscan fomentar la presencia de los niños en el espacio público, mediante diversas estrategias, así como su participación activa en el desarrollo de la ciudad.
Este concepto me ha hecho observar si la gente realmente está más atenta cuando hay niños solos en la calle. Ayer iba caminando por el centro de una localidad media cuando atropellaron a una chica, en segundos había un niño y de dos adultos, además del conductor asistiéndola. El siniestro no fue grave, la chica, de unos 14 años estaba dolorida pero no perdió la conciencia, sin embargo estaba en shock, con lo cual no permitía ser llevada a la clínica ni llamaba a la policía ni la madre, y el conductor tampoco parecía saber qué hacer, por lo que fueron otros transéutes quienes resolvieron (llamar a la madre primero, a la policía después, etcétera). Esto me llevó a pensar si habrá algo de cierto en esto de que las ciudades son más seguras cuando los niños circulan solos en ellas.