“Es tan difícil que un corrupto pueda volver atrás. El pecador sí, porque el Señor es misericordioso y nos espera a todos. Pero el corrupto se fija en sus asuntos, y estos eran corruptos y por ello se justifican a sí mismos”.
Esto les explicó Francisco a 500 políticos italianos hablándoles de dirigentes que se habían alejado de su pueblo al alejarse de Dios. Continuar leyendo