Por: Quino Oneto Gaona
Primero fue una campaña para Techo, después otra para Red Solidaria. Buen tipo este Martín. No lo conocía, pero la verdad, no sólo labura muy bien, sino que además le pone mucha garra y siempre está ahí para lo que necesitás. Y como no lo conocía, le hice un par de preguntas como para conocerlo. Y esto me respondió.
-Cómo arrancaste?
“Arranqué mi carrera en González Eusevi & Köhler, la agencia de publicidad de Walter, mi viejo. En la primaria, durante las vacaciones de verano, me gustaba pasar los días ahí ordenando los bocetos en la sala de creativos. Pero mi lugar favorito era un pequeño cuarto donde había una cámara de fotos, trípodes, luces y una reveladora que usaban los creativos para bocetar. Cuando no me veían me metía ahí y disparaba la cámara aunque no tuviera rollo, era apasionante. De ahí viene, sin dudas, ésta vocación. Trabajé de asistente en varios estudios mientras estudiaba Derecho en la UBA. Sí, Derecho. Me recibí de abogado pero nunca ejercí, ya había descubierto mi pasión.”
-Cómo se completa el equipo de Köhler Studio?
“Desde 2009 Lucas Peydro es mi socio y productor. Viene de trabajar en importantes productoras publicitarias y conoce perfectamente el mercado. En 2011 nos mudamos a nuestro actual estudio, consolidando y materializando esta nueva etapa, en la cual se incorpora Santiago Barros como director de arte asociado. La producción, el arte y la fotografía son los tres pilares donde apoyamos nuestro trabajo. Formamos un sólido equipo de trabajo, nos divertimos y eso se nota en el resultado. Realizamos campañas para agencias locales e internacionales como Y&R, Ogilvy, Grey, Soho Square, Havas, FCB, FWK, DDB, Lowe, y marcas como Coca-Cola, Claro y Quilmes. Logramos que los creativos y los clientes confíen en nosotros para que le propongamos otra visión a su boceto, que lo hagamos crecer y eso nos permite disfrutar más cada foto y al mismo tiempo es algo que hace crecer el producto final. Hoy estoy tan o más apasionado con la fotografía como cuando tenía 8 años y quería usar la cámara de esa pequeña sala en la agencia de mi viejo.”
- Cómo vivís ese momento que sacás fotos?
“Siendo fotógrafo sin duda te abrís todo el tiempo a nuevas sensaciones, sentimientos y vivencias. Con la cámara tus sentidos se potencian, están más atentos, percibís más. Yo era muy tímido y una cámara de fotos es un gran remedio. Con esta profesión nunca sabés que te puede tocar en cada producción y esa linda incertidumbre te mantiene vivo. Viajás, conocés gente, oficios, te puede tocar desde volar en helicóptero o comer langosta después de un shooting en una isla paradisíaca de Brasil, hasta estar a 4.000 metros de altura con 10 grados bajo cero para fotear un amanecer en la cordillera.”
- Alguna anécdota para contarme?
“Hay varias y de distintos matices. Una vez, cuando recién empezaba a hacer fotos y me gustaba reproducir obras de pintores, fuimos a hacer fotos a la casa de un reconocido músico nacional, miembro de una banda con nombre de bebida y sonido envolvente. Su mujer pintaba y necesitaba imágenes de sus cuadros. Primero decidimos hacer algunas fotos con luz natural en el jardín y luego fuimos a hacer otras con luz artificial. Mientras conversábamos con el músico vi por la ventana del atelier como, ante una ráfaga de viento, uno de los cuadros que había quedado en el jardín levantó vuelo y fue a parar a la pileta. Intenté seguir con la charla como si nada hasta que, bajo la excusa de ir al baño, pudimos ir a rescatar al cuadro. Era un óleo, lo dejamos al sol hasta terminar y se secó. Del descuido no hubo rastros.”
”Ah, y tengo una relacionada al tema seguridad. Hace unos años fuimos a realizar una producción a la sucursal de un Banco, al llegar dejamos la camioneta con los equipos en un estacionamiento justo al lado. Estuvimos un rato previsualizando con la cámara el sector de la entrada, nos movíamos en la vereda, mirando, pensando. Una vez que tuve la imagen en mi cabeza, volvimos al estacionamiento a comer algo y a esperar la hora mágica para la luz. Luego de un rato de estar charlando relajados en la camioneta, de la nada, aparecieron policías de todos lados, dos patrulleros y un auto de civil con esa sirenita en el techo. Entraron al estacionamiento, rodearon la camioneta y apuntándonos nos hicieron bajar del auto con las manos arriba, imaginate, sostenía mitad de una medialuna del catering con las manos levantadas y la otra mitad atragantada del susto. Al productor de la agencia le decían que era el jefe de la banda, que dijera donde teníamos las armas y los tiremos al piso… mientras nos palpaban apareció el gerente del banco para decirles que veníamos a hacer una foto para un aviso. Se había olvidado de avisar a la comisaría y la policía pensó que estábamos haciendo inteligencia para robar… hoy a la distancia parece divertido, en el momento dijimos: qué rompimos?!”
-Qué tendencias se manejan hoy en el país a nivel imagen?
“En líneas generales estoy muy atento a las tendencias pero no las sigo a rajatabla, no me gusta quedar pegado a una moda que quizá en dos o tres años no exista más. Trato de incorporar lo bueno de esa orientación a mi estilo, tengo que apostar a mi propia visión y a la evolución del mercado publicitario, que cada día me exige estar un paso más adelante. Si uno va siempre con la marea no termina nunca de trascender, es uno más. Si hay cambios de estilos es porque hubo alguien que en algún momento rompió con la tendencia.”
-Algún trabajo para destacar?
“Me cuesta mucho destacar uno. Los que más me gustan son aquellos que realmente disfrutamos desde el primer momento, cuando nos dejan proponer libremente. En estos casos, siempre el cliente o la agencia terminan más satisfechos y en consecuencia nosotros también. Igual hay uno por el que tengo un cariño especial ya que permitió que mi trabajo empezara a conocerse. Se trata de una toma para Bazooka, junto a la agencia Cravero Lanis para el día de la madre, la imagen era un niño pequeño haciendo un globo con el chicle, el cual, al mismo tiempo, se asemejaba a la forma del pecho de su madre. Fue un desafío desde el manejo de los niños, hasta lograr que fuera creíble, transmitiendo esa atmósfera de paz que inspira ver un niño siendo amamantado. Salió muy bien y tuvo su reconocimiento y premios en varios festivales importantes. Y hace unos días, obtuvimos un León de Plata en Cannes con una campaña que hicimos con DDB y 300 DPI para Volkswagen y eso nos pone más que felices y nos da la pauta que vamos por buen camino.”