Carlos Reinaldo Merlo le planteó un partido inteligente a Vélez, su equipo acató las ordenes, las entendió y las ejecutó a la perfección en el campo de juego-¡por fin muchachos!-, lo que le permitió a La Academia ganar por 1 a 0 (Vietto a los ´91) para dar el batacazo en Liniers y quedarse con tres puntos fundamentales. La defensa de Racing anuló a la mejor delantera del país, el mediocampo cortó el circuito futbolístico que genera el equipo de Flores en la mitad de cancha y se burló de la defensa solida de su rival con el golazo del delantero juvenil cordobés, tras una asistencia exquisita de taco elaborada por Aued- los autores materiales de la victoria entraron desde el banco. Otro punto a favor para Mostaza- . Algunos podrán descalificarlo por sus 60 años, dirán ellos que no le entienden cuando habla, que está de vuelta, que no le llega al plantel y bla bla bla… pero él volvió a demostrar que esta más vigente que nunca- si hasta el DT rival elogió su estrategia- con el planteo perfecto que le realizó al mejor equipo del país. Como alguna vez (en la Champions 2010) un tal Mourinho con el Inter-con Diego Milito ¿Vuelve?- anuló al Barcelona de Guardiola. Igualmente que se quede tranquilo Mostaza que no tiene nada que envidiarle al entrenador portugués.
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Operación: La caída de la Estatua
La Operación: La caída de la Estatua está a punto de terminar con un probable desenlace feliz para los protagonistas de la misma. Ellos seguramente estarán contentos porque habrán conseguido cargarse a un director técnico más- de ganar un partido ni hablar indignos, no?- El boicot no comenzó de un día para otro, es algo que se analizó, se pensó y ejecutó a la perfección. El puntapié inicial lo dieron los jugadores- ¿Lo más sano del fútbol?- con gestos, señales, actitudes y comentarios maliciosos sobre el DT off the record, que advierten que ya no bancan más al cuerpo técnico que esta a cargo. Se sabe que detrás de una Operación hay inteligencia, debido a que de lo contrario la misma fracasaría al instante. Estas dos cabezas pensantes estrategas tienen nombre y apellido: Sebastian Saja y Mauro Camoranesi. Los referentes de cartón. Veteranos de guerra que quedaron muy expuestos cuando un socio decidió arribar al Estadio con un mensaje que habla por si solo. Una bandera blanca que vaya paradoja no era de redención, era de ataque, de embate.
Tranquilidad
Jugamos mal y perdimos bien. Racing salió dormido, con mal aliento, lagañas en los ojos y mal humor. Durante los primeros veinte minutos esto se notó. Le regaló la pelota a San Lorenzo-con todo lo que eso implica. Tiene jugadores de muy buen pie- pero tampoco tuvo voracidad para intentar recuperarla. El arranque del primer tiempo en el Nuevo Gasómetro pareció una continuidad del segundo frente a Colón. El equipo de Mostaza le volvió a dar mucha libertad al rival para que hiciera lo que quisiera con el balón, un adversario que esta vez si supo capitalizar ese grave error. El gol de Blandi llegó tras una importante falencia defensiva de Matías Cahais-sus equivocaciones siempre se pagan con puntos-. Lo positivo de la Academia fue que en base a la actitud, los cambios ofensivos que mandó Carlos Reinaldo Merlo al campo de juego y la intensidad del conjunto en no bajar los brazos hasta el final, casi llega a la igualdad (incluso hasta en el último segundo del partido) Se perdió también porque Sebastían Torrico volvió a tener una gran noche. En fin, una derrota que preocupa pero no enoja, teniendo en cuenta que la revancha llega rápido. Hay que recuperarse y volver a sumar frente a Tigre.
Un debut auspicioso
Racing sigue por el mismo camino. Ese que comenzó a transitar con firmeza en los buenos momentos del semestre anterior y lo prolongó durante el verano. La Academia del Rey Mostaza tuvo un buen debut, el que se necesitaba y todos estábamos esperando. Con una aceptable actuación del equipo que tuvo su pico alto de rendimiento en la primera parte, debido a que en el complemente se retrasó mucho, cediéndole el espacio y la pelota a Colón. Un rival que es de esos que uno elegiría desde lo previo pero que había que ganarle y se lo hizo con creces. A seguir así.
Sensaciones entre el sol, la arena y el mar
Finalizaron los magníficos días de playa con un cielo radiante celeste y blanco. Carlos Reinaldo Merlo junto a sus muchachos cargan las reposeras sobre sus hombros, emprenden el camino de vuelta, atravesando los estrepitosos médanos que desembocan en la recta final del comienzo del Torneo. Están felices pero sus sonrisas son medidas. Saben que todavía no se logró nada, y que la hora de la verdad comienza el 08/02 a las 21.30 frente a Colón. Se realizó una buena pretemporada. Es cierto que se le ganó muy bien (con baile) a Independiente- le cuesta mucho con los rivales de categoría superior- y al siempre animador de competencias Newell´s cerrando la Copa Ciudad de Mar del Plata a pleno sol, con broche de oro. El equipo de Mostaza fue el que mejor jugó. Racing marcó cuatro goles y terminó con la valla invicta; no hay que ir muy atrás en el tiempo para recordar que eramos un desastre. El Rey lo hizo de nuevo.
Rey Mostaza
Sí alguno creía que Racing iba a finalizar el Torneo Inicial con 16 unidades, miente. Era imposible imaginar-para algunos-que desde la llegada de Carlos Reinaldo Merlo La Academia iba a cosechar 14 puntos de 24 y, vaya paradoja, con esa performance estaría peleando este torneo tan irregular. En las ocho fechas que estuvo sentado en el banco de suplentes sumó dos puntos más que el líder San Lorenzo (debe un partido). El prócer académico con su melena dorada logró un nuevo milagro. Levantó a un plantel muerto. A los jugadores les transmitió ganas, sangre, actitud y logró que se pusieran el overol. La victoria ante Godoy Cruz por 2 a 0 (Zucu y Villar) fue la mejor producción futbolística del equipo en su ciclo. Es por eso que Mostaza merece que todos los académicos que no confiában en él lleven un pedacito de su capa con dos dedos. Un rey dorado feliz que se abrió paso en el verde césped del Cilindro nuevamente con el pecho inflado de victorias.
MOSTAZA O MUERTE
Por él. Solo por él. Racing volvió a vivir, nosotros a sonreír. Con Carlos Reinaldo Merlo sentado nuevamente en el banco de suplentes la mira de la crítica apuntó sobre los jugadores. Se les acabaron las excusas a los muchachos y empezaron a responder en el campo de juego-otra no les quedaba-. Desde el retorno del último entrenador campeón con la Institución, la Academia sumó 11 puntos producto de tres triunfos (Olimpo, Gimnasia y River), dos empates frente a Quilmes, Central y dos derrotas ante Vélez y Argentinos. El les transmitió tranquilidad a los más jóvenes, les asumió responsabilidad a los veteranos, absorbió toda la presión de la gente, le dio un orden táctico al equipo, lo convirtió en solidario y volvió a conseguir que nos hagamos fuertes fuera del Cilindro-el equipo termino invicto en esa condición desde su llegada-. Ah por si faltaba algo más le convidó toda su buena fortuna a la Acadé.
Zucutrule
Y un día volvimos sonriendo de nuestra casa, esa que esta mas linda que nunca. Revoleamos la remera hasta el cansancio festejando la primera victoria del Torneo Inicial en condición de local. Por fin los jugadores entendieron como se juegan los clásicos y nos regalaron una inmensa alegría celeste y blanca. Racing (por Zuculini a los 13`) hundió aun más al golpeado River de Ramon Díaz por la decimoséptima fecha del campeonato local y sigue sumando de cara a lo que se viene.
Punto y banca
El empate que Racing se trajo de Quilmes es valioso, según desde el punto de vista que se lo analice. Desde el resultado es bueno, no así del juego. El sábado se vio la peor producción futbolística de la Academia desde que tomó la dirección técnica del equipo Carlos Reinaldo Merlo. Lo positivo fue la aparición en la red del juvenil Juan Ignacio Dinenno y que se dio vuelta un resultado, no se perdió -seamos sinceros académicos, con otro entrenador sentado en el banco de suplentes este partido Racing no sumaba-.
Un recuerdo inolvidable
Un 27 de diciembre del 2001, después de esperar 35 años, Racing volvió a ser campeón. Un equipo que fue en contra de la lógica, esa que habla de un proceso de formación, de un tiempo prudencial para que un gran número de jugadores nuevos se conozca y entienda dentro del campo de juego. Es que ese equipo, liderado por Mostaza, tenía como principal virtud reconocer sus propias limitaciones. Sabía que no le sobraba nada, solía no brillar, pero nunca defraudaba. En base a sacrificio y garra se llevaba por delante a los rivales de turno y terminó dándonos una alegría a todos los hinchas de Racing que esperábamos con ansias volver a gritar bien fuerte al cielo: “¡Se acabo la mufa, somos campeones!”.