Recuerdos de mis Viajes por Uruguay
El sol remoloneo muy perezoso para esconderse jugando el atractivo juego de las luces y las sombras. El Crepúsculo en el Cabo Polonio es alucinante. Poco a poco un color se hacía dueño del otro. Los humanos absortos observaban. Hasta que ocurrió lo que estaba previsto, las sombras se adueñaron de la situación. Por ello comenzó un ritual nuevo para mí – fabricar luz - Los faroles sol de noche salieron a relucir, ponerles combustible, generalmente se rompe alguna camisa – bujía que irradia luz – no queda más remedio que cambiarla. Velas y unos faroles caseros muy originales. En las Botellas plásticas de cinco litros, se le coloca una vela prendida sostenida por un alambre. En su base arena o agua para que haga peso. El agua refracta la luz y aumenta la misma.