Recuerdos de mis Viajes por Brasil.
Nuestro transporte cargado de hambrientos periodistas Internacionales iba serpenteando buscando las mejores calles para acomodar su tamaño. La noche ya se había recibido de nocturnidad. El cielo nos recibía con miles de lucecitas en el horizonte en un titilar sin fin. Pasamos por la playa muy iluminada y me pareció el momento oportuno para hacer un repaso de todo lo visitado y encontrar la explicación de por qué Torres es tan atrayente para el Turista. Esta ciudad es un paso obligado para llegar a las playas del norte. Es por ello que cada vez más son los turistas deciden quedarse programando unos días en ella.
De esta manera le agregan una opción muy interesante a sus vacaciones. Está localidad está muy bien ubicada y solamente la separan 200 km de Canela y Gramado. Un lugar distinto e inimaginable. Realmente cuesta pensar que este paisaje pueda existir en Brasil, que siempre en nuestro pensamiento está atado al mar. Es para no perdérselo. Los más pequeños siempre se lo van a agradecer.
El que así lo decida y desee pasar unos días en Torres, encontrara una maravillosa ciudad, que parece siempre preocupada en resultar un polo atractivo para la visita del Turismo. De esta manera se reinventa año a año, este es el gran secreto del Turismo y su población así lo entiende y se esfuerza en lograrlo. Se practican deportes ligados a las playas y el mar. Un calendario anual importante de: Surf, Kite Surf o Fly Surfing, Capoeira, Balonismo -Vuelos en globo – parapente, motocross.
Sus Fiestas de fin de año son multitudinarias para el famoso Reveillón- Noche Vieja-con Fuegos Artificiales en la Playa y además sus Carnavales. Si analizamos esta propuesta salta a la vista que esta ciudad no es solamente Verano. Torres es Turismo todo el año. Los argentinos deben subrayarlas con rojo, para no olvidarse. Y si esto fuera poco ¡Toman mate y se visten como paisanos de tierra adentro!
Teníamos la promesa de que esa noche nos agasajaban con una fiesta Gaúcha. El acento en la “U” y el arrastrar el final de la palabra en un “sha” le dan a la situación un estilo muy especial. Un manera bien compartida con mi país y solo nos separa gramaticalmente un acento. Para ambos países son los primeros pobladores de nuestro territorio. Los Gauchos vestidos con bombacha y chambergo, con una faja alrededor de su cintura y un cuchillo o facón para nosotros y una faca para ellos.
Para no ser menos… También toman mate. Debo confesar que no había tenido el privilegio de conocer el asado brasilero. En mi país todos los domingos carne a las brasas, gran motivo para juntar a la familia y brindar con buenos tintos. En Brasil estuve en muchos espetos corridos. Y debo sacarme el sombrero con el punto de cocción que logran. Jugosa… como a mí me gusta. Sobre todo la picaña – nosotros la conocemos como tapa de cuadril- Es un corte excelente y sobre todo a las brasas.
Me había preparado con una reparadora siesta. Me imagine que esa noche además de comer muy bien íbamos a tener un buen maridaje de bebidas…como debe ser. Subíamos al micro con muy buen ánimo y las carcajadas eran bastante estridentes. Como al pasar escuche un comentario mal intencionado como siempre. Si es así con agua a la vuelta con las bebidas esto va explotar. A medida que avanzábamos nos fueron dando instrucciones. Que el micro iba a parar sobre la ruta. Y debíamos descender rápido. A su vez teníamos que atravesar un campo que no estaba iluminado… y a oscuras.
Hacia allí fuimos y a los lejos entre los árboles veíamos luz y ese era nuestro norte. Primeros los más valientes. Algunos tenían una linterna en su equipaje y tomaron la delantera. Otros recurrieron a los celulares. Y verdaderamente parecíamos luciérnagas, en su incansable titilar queriendo imitar al cielo y a las estrellas en su prender y apagar. Acompañados por algún gnomo que saltaba de rama en rama, de árbol en árbol. Infaltable para estas ocasiones. A nuestra derecha nos habían advertido que había una laguna. No debíamos acercarnos demasiada a ella. Hacia arriba entre el denso follaje se vislumbraban algunas estrellas, que aprobaban nuestro buen ánimo y no acompañaban con su clásico guiño de luz. Pero a no dudarlo la oscuridad era totalmente oscura.
A poco de andar no falto algún gracioso que entre cuarenta o cincuenta personas siempre hay uno o dos. Caminábamos a tientas. Por lo tanto considero que era bueno ejercitar la diversión. Uno de ellos. Luego de gritar desgarradoramente y hacer un ruido entre la maleza. Vociferaba espantado ¡Una víbora! ¡Una víbora! E inmediatamente otro que no se quiso quedar atrás y arrastrando la maleza y una pierna. Gritaba mientras saltaba como un poseído. ¡Cocodrilos! ¡Cocodrilos! Por supuesto que las carcajadas y los gritos despertaron a todas las ánimas del bosque y el pasaje por la oscuridad se hizo más que rápido.
Cuando llegamos a la luz y apenas acostumbramos nuestros ojos a ella. Nos atacaban con una recepción de Caipiriña helada. El trago de bandera del Brasil. Y la fiesta que ya había empezado en la oscuridad ahora le daba lugar a la otra… a la que nos habían convocado. Comida y bebida. Nos fuimos acomodando sin dejar las caipiriñas y nos acercábamos al lugar donde se hacia el asado. Su olor característico llenaba nuestras sensaciones. Los fuegos siempre son atrayentes y queríamos ver y observar detenidamente y para no faltar a nuestro oficio… si es posible criticar.
El asado a diferencia de nuestros métodos en Argentina se hace sobre una parrilla distinta a la nuestra, la misma era como un piletón y adentro un fuego muy importante. Brasas bien prendidas y llama. Sobre su borde van apoyados los espetos – espadas- con la carne ensartada en ellas como si fuera para nosotros los brochetes. Su tamaño aproximado es de un metro. Por lo tanto los trozos de carne a asar son importantes.
Su costumbre es poner en los espetos: Carne vacuna. Porcina, cordero, pollos – Frango- Chorizos y como vísceras, corazón vacuno y de pollo. Una vez ensartados en estas espadas y el fuego está a full y manualmente se van girando y logrando que se vayan asando en forma muy pareja. Para mi tienen un arte especial en la cocción de las carnes. Los “Gauchos” argentinos tienen la costumbre de poner de todo en la parrilla. Esta puede ser de un tejido de alambre o varillas de hierro y una serie interminable de variantes. El fuego ya hecho con brasas muy bien prendidas se van colocando debajo de la parrilla, nunca llama
Otra técnica y muy difundida es al asador o a la cruz – de hierro- A su vez en el norte de Argentina con varillas cortadas de un árbol conocido como estacas. Nuestra buena costumbre es poner de todo en la parrilla. Carnes: Vacuna, ovina, porcina, aves, pescados, mariscos. Vacas con cuero, lechones con pelo. Achuras: chinchulines, mollejas, riñón, tripa gorda. Etc. Pueden ser de vacuno, cordero o chivo. Los chorizos pueden ser mezcla, de cerdo puro, con morrones, cebolla de verdeo, al vino blanco etc, también animales de caza. La lista es interminable. Muchas veces hago brochettes de frutas para el postre y van a la parrilla, se espolvorea con azúcar y se pintan con caramelo bautizado con alguna bebida alcohólica…Un manjar.
¡Todo bicho que camina va a parar el asador!
Para los argentinos es muy importante el tema del asado y cada ¡Maestrito son su librito! Las técnicas varían desde cómo se prende el fuego hasta el asado terminado y servido en la mesa. Los tipos de carne, son motivo de discusiones: flaca, gorda, novillo y todas las variedades que se les ocurra Tanta diversidad permite tener grandes polémicas. Siempre digo los argentinos nunca nos ponemos de acuerdo en nada. Mucho menos en este caso que es tan caro a nuestros sentimientos ¡El asado!
Poco a poco con la panza llena y buena cantidad de bebida se nos fueron apagando los ánimos. El cansancio iba ganando por goleada. Al día siguiente salíamos muy temprano hacia Porto Bello nuestro próximo destino. El matrimonio de Carlos Lange e Ivonne Ferraz miembros de “Visión” y dueños del Hotel San Pablo fueron quienes tan gentilmente nos invitaron con este asado en su Quinta. Nos fueron saludando o uno a uno y haciendo votos de buen viaje y la promesa de reencontranos en las Playas Doradas. Hasta pronto…