Recuerdos de mis viajes por Perú.
En mi visita a Perú, con motivo de la realización del PTM -Perú Travel Mark- jornadas donde este país hermano pone de manifiesto sus bondades y todo su potencial. Lo expone ante el mundo entero y lo ofrece para ser visitado turísticamente. Con muchísimo acierto decidieron hacer el agasajo de apertura a Periodistas e invitados especiales en la “ Huaca del Mateo Salado”. Por supuesto no podíamos faltar. Allí estuvimos.
….La noche se adueñaba de las sombras y el resplandor de la ciudad jugueteaba entre los edificios, me recordaba a tantos altares que durante el día visitamos, donde las velas iluminaban con su clásico juegos de luces y sombras en un interminable titilar y titilar y así darle ese entorno especial a tantas iglesias muy bellas que inundan esta hermosa y colonial. Lima.
Nos convocaron en el lobby del Sheraton donde nos alojaron y el crepúsculo defendía su posesión ante las sombras tempranas que querían invadirlo y así marchamos en el intrincado tránsito Limeño, un verdadero tumulto de motores y ruidos urbanos. Escoltados por dos motos de la policía Peruana que hicieron un gran esfuerzo para abrirnos paso. Atento a las maniobras de nuestro chofer para seguirlas a las muy inquietas que viboreaban en un peligros tránsito y nosotros detrás de ellas. Un poco sin saber lo que me esperaba, confieso que de ninguna manera imagine lo que iba a recibir. Gratamente me sentí que no me había informado de cuál era el lugar físico elegido por las autoridades para realizar el evento.
La sorpresa fue hermosa y realmente disfrute de una velada encantadora, poco a poco lograron que entrara en clima y a medida que la noche avanzaba me sentía más involucrado con el momento, el lugar y su historia. La de este pueblo maravilloso que nos agasajaba con lo mejor de lo mejor. Poco a poco rodeado de muchísimos colegas me fui sintiendo cada vez más y más Limeño.
Fuimos los primeros en llegar, lo cual agradezco porque me permitió disfrutar el lugar a mi antojo. En silencio, sin tanto alboroto, lo pude observar acompañado solamente de mí y de mis propias sombras, en soledad pude liberar mi imaginación, disfrutar y fotografiar tratando de plasmar lo que todo mi cuerpo y mis sentidos recogían de ese lugar encantador. Hablaba solo y repetía, sin cesar “La Huaca tiene Magia”…“La Huaca tiene Magia”
Su presentación nocturna, su iluminación, la penumbra del recinto desde donde la observábamos, nos envolvía en una noche romántica… de misterio. El color amarillento con la que fue iluminada, permitía recortar su figura sobre el cielo. La oscuridad de la noche era también su cómplice. Hasta por momentos nuestra mente fiel traicionera, se asociaba y nos jugaba una mala pasada. Podíamos asegurar que nos parecía ver movimiento en ella, la imaginación gran traicionera se sentía libre y volaba. Aprovechaba y nos transportaba al espacio. En mi caso como un poseído volvía a repetir… “La Huaca tiene Magia”.
Absorto en la soledad de mis pensamientos y sin sacar mí mirada fija de ella fui traído a la realidad cuando alguien me toco el hombro y me dijo: ¿Un Pisco señor? Allí comenzó la Fiesta de inauguración en una parte muy importante y muy terrenal, como comer y beber. Un devenir de mozos, piscos y maravillosos manjares Peruanos, que nos mal acostumbrarían con esa amabilidad y debilidad de anfitriones que tienen, poco a poco se fue llenando el recinto con una importante cantidad de invitados.
Encuentros con colegas, risas, Piscos y el aumento del volumen y agregar más risitas, eran nada más que una muestra de lo bien que lo estábamos pasando y que alegría que nos daba de estar en Perú. Poco a poco la noche avanzaba, escasos discursos y comenzó una demostración de bailes típicos de distintas regiones de este acogedor país, que con la Huaca de fondo nos transportó definitivamente al Imperio Inca.
Señores… los estamos esperando en el transporte… esto terminó. Lapidaria declaración. Su tono pese a que quiso ser amable no lo era tanto. Los llevamos de retorno a su Hotel, reafirmo. Nuestras miradas que se querían hacer las desatendidas y nuestra actitud eran de niños caprichosos y nos hacíamos rogar. Su temple se volvió a destemplar. Respirando muy hondo retorno a la paciencia y su voz aflautada volvió a repicar. Este es el tercer llamado. Esa voz de quien de a poco se fue convirtiendo en nuestro verdugo. Esa voz de pocos amigos que siempre se ocupaba endemoniadamente de sacarnos de nuestros sueños y ponernos en la realidad cotidiana- El Coordinador –
Nosotros. Nos resistíamos, no nos queríamos alejarnos de ese lugar. Apurábamos el último Pisco y remoloneábamos para irnos, no queríamos romper el encanto de esa noche. No es común, no siempre son tan cálidas estas recepciones. Igualmente no podíamos seguir prolongando nuestro placer y cansinamente regresábamos hacia el Hotel -Pensábamos- La única que falto y con aviso, la única que no vino a esta fiesta…fue la Luna. Sí. “La luna” que con su luz y su imagen iluminarían la Huaca como nadie. Pero igual nos llenábamos nuestras retinas con su silueta que se recortaba en el oscuro cielo. Porque sin dudas que: “La Huaca tiene Magia”. Y esta noche, sería inolvidable.
Huaca:
Idioma quechua. En las fuentes coloniales del siglo XVI se utiliza el término huaca con múltiples acepciones, las cuales incluso pueden cambiar de significado y referirse indistintamente a dios, ídolo, adoratorio y entierro. Sin embargo, en esencia, podemos definir huaca como aquella manifestación sobrenatural que se materializa en el mundo sin importar la persona, objeto, lugar u otro fenómeno de aspecto divino o inusual.
Es el lugar donde salió la primera pareja fundadora de una comunidad, es un lugar sagrado por definición, donde congeniaban, templo, lugar de sacrificios, adoración, administrativo, fortaleza y cementerio.-