2012: Más revelaciones que nunca

#RespiroTV

Es común que todos los años surjan personajes -especialmente en ficción- que, inmersos en roles pequeños, asoman sus cabezas a fuerza de talento y logran destacarse en medio de grandes elencos de reconocidas figuras. Puede también ocurrir en programas de no ficción -tales los casos de Dalia Gutmann y Darío Barassi, en su momento-, pero en las historias “de mentirita” es mucho más común.

Y así2012 quedará grabado en la bitácora del televidente como uno de los años con más revelaciones;  actores y actrices que supieron capitalizar un guión escueto, y con talento, carisma, simpatía y una original composición, se acercaron al público para conquistarlo y ganarse su buena crítica, su cariño y su aprobación.

Generalmente, aquellos personajes que no están en la cima de los créditos, suelen asignarles a sus intérpretes la posibilidad de  un mayor trabajo de composición: son los malos, los locos, los graciosos, los estereotipados, los bipolares, los torpes, los marginales. Y estas cualidades les permiten transcurrir sus ciclos de otro modo, luciéndose mucho más.

Jamás generarán furor, pasión, locura o fuego, pero sí un cálido vínculo de ida y vuelta; “me brindo y te agradezco, compongo de a poco y la respuesta que me das, me fortifica, me hace crecer”.

Y más que nada sucede con aquellos personajes que surgen del barro, de la planta baja, del potrero, de la barricada; aquellos que fueron creados para aportarle color a la propuesta y terminan haciendo por los demás, pero también por ellos, por sus propias historias.

De los casos emblemáticos, surge casi de inmediato el de “El Vasquito” de “Campeones”. Un Carlos Belloso dando sus primeros pasos en la ficción protagonizada por Osvaldo Laport y Soledad Silveyra, que se ponía en la piel de ese “paria” del club de box, con ropa harapienta, anteojos remendados y una boina que jamás se sacaba y que sólo generó más y más ternura en la platea de los televidentes y consagró a su “padre” para siempre.

Quizás, inspirado en esta gran criatura, hoy Abel Ayala esté haciendo un genial trabajo en la piel de “Guachín” en “Sos mi hombre”, un auténtico “pibito” de la calle, mal hablado, analfebeto, cuya vida empieza y termina en el Delta Boxing Club, que vive de la dádiva de los demás y, paradójicamente, sólo sabe dar afecto.

http://www.youtube.com/watch?v=zWiY5XRa78s

Es un actor revelado este año, como así también Esteban Lamothe, “Carrizo” para los amigos; huérfano también, pero distinto al anterior, más ecléctico, más colorido, más histriónico, más bizarro. Compañero fiel de “El Turco” (Joaquín Furriel), un personaje entrañable, gracioso por demás. Un metido de pura cepa, un asistente orgulloso, un actor genial componiendo un personaje genial.

Y de la misma productora también surge el nombre de Juan Minujín, quien llegó a “Tiempos compulsivos”, luego de haber batido récords con Adrián Suar en “Dos más dos” y se puso en la piel de Ezequiel, uno de los doctores de la Fundación Renacer, un hombre con más problemas, conflictos y perturbaciones que su propios pacientes.

También Ángela Torres (nominada recientemente a los Premios Tato), una jovencita que se insertó a la perfección en el esquema familiar encabezado por Oscar Martínez y Soledad Silveyra en “Condicionados” y con un rictus sereno, pocas palabras, y la palabra justa al mismo tiempo, se llevó los mejores elogios.

¿Qué decir de Chang Sung Kim, el famoso “Chino” de “Graduados”, una revelación sin igual? “Walter”, la mano derecha de Clemente (Juan Leyrado), un hombre que se desvive por su jefe y tiene un gran haz en su manga: en medio de un parlamento mitad argento, mitad oriental, cuela dichos/términos populares que generan ovación en el público.

De la misma tira, Mercedes Scápola interpretando a Clarita, la mucama de la casa principal y una empleada sin filtro, capaz de decirle a su jefa que no hizo la comida porque no le dejó plata para el súper, fan de su jefe y bastante haragana para hacer las cosas de la casa.

De Telefe, pero de “Dulce amor”, se alista “El Terco” (Hernán Estevanez), un personaje que empezó siendo el regente de un espacio de encuentro y se convirtió luego en en un eslabón gracioso del ciclo.

Y la lista continuaría, pero hasta acá llegamos nosotros. ¿Se te ocurre alguno más? ¿Cuál de estos elegís? Yo me juego: “Guachín” soy tu fan.